galicia
Beiras, del puñetazo al «reventón social»
El independentista gallego insulta a Feijoó, al que llama «narcopresidente», y apela a un «reventón social» para desalojar al PP del poder
Beiras, del puñetazo al «reventón social»
El portavoz parlamentario de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), Xosé Manuel Beiras, confía en un «reventón social» para que los gobiernos en Galicia y en Madrid, con el PP al frente, no se mantengan el tiempo previsto.
El político nacionalista, que impartió ayer una conferencia ... en la facultad de Ciencias Políticas en la capital gallega, acusó al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoó, de dar la vuelta a la democracia y no responder a las preguntas de la oposición sobre su relación con Marcial Dorado, actualmente condenado por narcotráfico, y también de hacer «cualquier cosa» con tal de mantenerse en San Caetano.
Antes de encomendarse al «reventón social», Beiras protagonizó el pasado miércoles una escena atípica: se dirigió al escaño del mandatario autonómico mientras éste intervenía en la sesión de control y dio un golpe al tiempo que le pedía «decencia».
Puñetazo en el escaño
En pleno debate en el parlamento gallego, Feijóo comparó el comportamiento sobreactuado de Jorquera, quien le increpó por su presunta relación co el narco Dorado, con el de Xosé Manuel Beiras. «Solo le quedan dos cosas, sacar el zapato o emocionarse tanto, tanto...», esgrimió el presidente autonómico en tono irónico. Entre la indignación, el portavoz de AGE, aludido por el comentario, se levantó de su escaño enfurecido y se dirigió hasta el asiento de Feijóo, encarándose con él, golpeando sobre su escaño e interrumpiendo su turno de palabra pidiéndole «decencia».
Ante la algarabía suscitada —todos los diputados comezaron a increparse entre ellos—, la presidenta de la Cámara, Pilar Rojo, le recordó a Beiras: «Usted es un diputado y tiene que guardar disciplina», ante lo que el histórico dirigente nacionalista contestó: «Me voy porque no hay dios que lo aguante». Y Beiras, un día más, se fue por la puerta de atrás.
Un gesto «transgresor»
Ayer, el veterano dirigente adjudicó un calificativo a este gesto suyo, «de transgresión», en el sentido de «Mire: ¡usted no es nadie!... Mamarracho. Que lo sepa la gente, no merece respeto porque es un narcopresidente». También dijo que el presidente de la Xunta debe disculparse por el papel de su partido «en la Guerra de Irak y el 11-M».
Del drama al thriller
Xosé Manuel Beiras, a pesar de su indiscutible papel como teórico del nacionalismo gallego y líder intelectual para muchos galleguistas, nunca renunció a bajarse al barro de la política-espectáculo. Su carrera, que transcurre paralela a la historia de su ideología y se dilata ya a lo largo de cuarenta años, fue fructífera en episodios histriónicos, pero es en esta legislatura en la que Beiras está llevando a cabo su verdadero «tour de force».
Quizá el acontecimiento más recordado por los gallegos sea el histórico zapatazo de Beiras en un pleno parlamentario de 1993. Allí se estaba discutiendo la reforma del reglamento del Parlamento cuando, en un caldeado debate protagonizado por el propio Beiras, el ya difunto Ceferino Díaz o el ahora imputado Conde Roa, el entonces dirigente del BNG recordó que el calzado puede ser una herramienta dialéctica muy «elocuente».
Este gesto estuvo calcado de otro zapatazo de hemeroteca, el del dirigente de la URSS Nikita Jruschev en una Asamblea General de la ONU de 1960. Con su imitación del líder soviético, Beiras se forjó el papel que le llevaría a ser conocido en toda España. La violencia del zapatazo se filtró, con el tiempo, al discurso del líder nacionalista, que en 2011 ya se atrevía a decir, en un auditorio de la Universidad de Santiago de Compostela, que «los terroristas más peligrosos en este momento, no solo andan libres, sino que están en el poder», incluyendo en este grupo a personajes tan variopintos como Mariano Rajoy, Alfredo Pérez Rubalcaba o Antonio María Rouco Varela.
Tras la escisión del grupo que él lideraba dentro del BNG, Encontro Irmandiño, llegó la constitución de Anova, siempre bajo la batuta de Xosé Manuel Beiras. Y el grupo en el que se integró Anova, AGE, encontró en las salidas de tono dialécticas del gurú nacionalista una auténtica mina electoral.
La campaña de octubre de 2012 fue un muestrario de las «perlas» que era capaz de generar el entonces candidato a la Xunta de Galicia. Una de las más desafortunadas fue una continuación del símil de 2011: «Feijóo está matando a más gente que ningún grupo terrorista del Estado español», afirmó Beiras. Les dedicó a sus rivales políticos epítetos como «mamuts» y «pirañas» y enardeció a sus bases clamando «hay que echarlos».
En la presente legislatura, su escaño le permitió interpretar una amplísima variedad de papeles. Hace tan solo dos semanas nos sorprendía con sus melodramáticas lágrimas en la tribuna de oradores de O Hórreo. El pasado miércoles, en cambio, el catedrático de Economía Aplicada optó por ser el villano de un tenso «thriller» parlamentario.
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