El secesionismo de los rebeldes del PSC gana apoyos contra Navarro
Hubo indisciplina de voto en la Diputación de Lérida y un manifiesto a favor de los díscolos
maría jesús cañizares
Mientras la ejecutiva del PSC estudia posibles sanciones, los cinco diputados que rompieron el miércoles la disciplina de voto no paran de recibir apoyos. E incluso han provocado un efecto llamada, pues ayer mismo los siete miembros socialistas de la Diputación de Lérida votaron divididos ... una resolución de apoyo a la declaración soberanista del Parlamento catalán: cinco se negaron a votar en contra y dos se abstuvieron.
La rebelión de los cinco díscolos ha roto el grupo parlamentario del PSC y ha evidenciado el fracaso de Pere Navarro como líder de un partido a la deriva tras tocar fondo electoralmente. En contra de las directrices de la ejecutiva socialista, bendecidas por el PSOE —que admite disensiones dentro de la agrupación catalana—, esos cinco díscolos no votaron en contra de la declaración presentada por CiU, ERC e ICV, en la que se otorga a Cataluña la categoría de «sujeto político y jurídico soberano».
La convivencia del sector soberanista con el autonomista —las dos almas del PSC— se ha vuelto insostenible, tal como se comprobó en el convulso consejo nacional celebrado el pasado 16 de diciembre, donde las críticas a la gestión Navarro fueron transversales. Incluso hubo miembros de la ejecutiva que amagaron con abandonarla.
Pero ha sido la corriente soberanista, integrada por miembros de sectores críticos y antiguos consejeros y cargos de los gobiernos de Pasqual Maragall y José Montilla, quienes han pasado de las palabras a los hechos, mediante la rebelión de los cinco diputados.
Ex consejeros socialistas, como Montserrat Tura, han dado su apoyo a los rebeldes, mientras que Joaquim Nadal abandonará el consejo nacional del PSC. Ambos han firmado un manifiesto en el que apoyan la declaración soberanista aprobada anteayer. También firman la eurodiputada María Badía, el concejal Jordi Martí, la diputada Laia Bonet y el ex líder del PSC, Raimón Obiols, así como los cinco rebeldes, entre otros.
«Tenemos un problema», admitió el propio Navarro, quien tomará una decisión sobre el futuro de los rebeldes en la ejecutiva del próximo lunes. Los afectados, que representan el 25% del grupo parlamentario, no desean abandonar el partido, pero exigen un cambio de rumbo en el PSC. «No es un concurso para ver quién es más valiente», sino una muestra de que el partido es «plural», manifestó ayer Joan Ignasi Elena, líder del movimiento «Avancem!» y miembro de la ejecutiva socialista. Elena afirma que el PSC debe ser capaz de «agregar y generar consensos en la izquierda y en el catalanismo». Por su parte, el alcalde de Lérida, Àngel Ros, explicó que el diputado se debe «al elector, a su conciencia y al partido» y que debe «armonizar las tres fidelidades y no solo una». Asume que puede ser expedientado por su actitud.
En julio, el PSC pidió a Ernest Maragall que devolviera su acta de diputado después de que el ex consejero de Educación rompiera la disciplina de voto en el pleno parlamentario sobre el pacto fiscal.
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