La incertidumbre crece en el PSOE

Su partida se juega desde Moncloa. Y la intención es proyectar imagen institucional. En una sola semana Sánchez hizo tres declaraciones ante la prensa. Dos en la sala de prensa de Moncloa y una en Bruselas. Un frecuencia muy poco habitual en el presidente.

El impacto en la campaña electoral es evidente. Según aseguran fuentes de Ferraz todavía no hay cerrado ningún acto para que el presidente reaparezca en un acto de partido, que hasta la pasada semana ocupaba buena parte de su agenda desde que se confirmó la repetición electoral. Y en el PSOE existe incertidumbre sobre el efecto que puede tener en un resultado electoral sobre el que ya se manifiestan menos certezas que hace unas semanas.

Un importante dirigente autonómico valora que la campaña ha quedado irremediablemente marcada por los sucesos de esta semana. «Es imposible salir de aquí», dice. «El desorden nunca fue bueno para la izquierda» , reflexiona otro importante dirigente, que reconoce que una campaña que se desarrolle en este marco no le gusta «nada».

Otro dirigente territorial cree que la abstención que podría anidar en la izquierda por la desafección de la repetición electoral «será difícil que aflore en este marco». Se defiende de manera generalizada la gestión que Sánchez hace de la situación. Quienes expresan dudas manifiestan «respeto» porque dicen que solo el Gobierno dispone de toda la información. Pero en lo que sí hay dudas es en el rédito que se puede sacar en términos electorales de una posición que revela «cierto equilibrismo», en palabras de una diputada que repetirá tras el 10-N . El Gobierno ha jugado la carta de buscar un acercamiento a PP y Cs para reforzar el discurso más contundente respecto a la posibilidad de una intervención en Cataluña . Pero esa unidad se resquebraja conforme queda patente que su diagnóstico concuerda más con el de Pablo Iglesias : no tomar medidas excepcionales por el momento.

«Con esta derecha mucha abstención sí apostará por el PSOE» , discrepan en Ferraz. En la formación escoció enormemente la petición de dimisión realizada por el PP y por miembros de Cs sobre la figura del ministro Fernando Grande-Marlaska a cuenta de su cena en mitad de los disturbios. Han aprovechado esa cuestión para acusar de radicalización a dos partidos que han garantizado su apoyo al Gobierno si decide intervenir en Cataluña con medidas extraordinarias.

Y es que en el PSOE hay muchas personas que insisten estos días en «no perder el eje» que les dio la victoria el 28 de abril. Es decir, volver a una disyuntiva derecha/izquierda alertando del peligro de que PP, Ciudadanos y Vox puedan sumar . Aunque es un escenario que casi todo el mundo descarta en el PSOE, lo que les confía tranquilidad respecto a su estancamiento, lo cierto es que ahora todo se ve con bastante más incertidumbre. Hay encuestas que han llegado a reducir la distancia entre PSOE y PP a apenas 15 escaños. Aunque en los análisis de Moncloa ven «al PSOE un poco mejor de lo que dicen los sondeos y al PP un poco por debajo». Se sigue considerando difícil que el PP supere los 90 escaños y que, en cualquier caso, la frontera de los 100 es infranqueable. Mientras que en su caso creen que lo peor que puede pasarles es «ir prácticamente planos».

«Venimos en ciclo alcista», argumenta un dirigente que no es tan pesimista. Aunque reconoce que «todo apunta» a que tienen «que trabajar con expectativas menores» a las que se presentaban hace un mes, cuando empezaba a definirse la repetición electoral.

Otro dirigente local sí percibe un clima «muy difícil de testar». Argumenta que en una situación con elementos como los que se han vivido esta semana el que ostenta el Gobierno «o sale muy reforzado o se achicharra» . Lo único que parece seguro es que la campaña ha entrado en un contexto del que será difícil salir. En el PSOE hay preocupación por la imprevisibilidad del escenario, pero en Moncloa creen que Sánchez sacará rédito a su rol institucional estos días.