Las incógnitas que despejará el 26-J

Un seísmo como el de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, justo al final de la campaña electoral, puede tener un efecto desconocido en las urnas. Ayer tapó el resto de asuntos de la campaña y centró los mensajes finales. Desde el Ejecutivo en funciones se cree que podría mover el voto a favor de la estabilidad para evitar nuevas incertidumbres después de las elecciones.

¿Se producirá el «sorpasso» el próximo domingo? La mayoría de las encuestas han pronosticado el adelantamiento de la coalición Unidos Podemos al PSOE, tanto en votos como en número de escaños, lo que situaría a Pablo Iglesias como posible alternativa a Rajoy.

El 20 de diciembre, el PSOE consiguió, con Pedro Sánchez a la cabeza del partido, el peor resultado de su historia , 90 diputados. Cualquier resultado que empeore el del 20-D será considerado un fracaso rotundo, agravado si se produce el salto de Podemos. El futuro de Sánchez quedaría definido, lo que podría desbloquear la posición del «no es no» a la hora de hablar con el PP, que ha caracterizado al PSOE en los últimos meses.

Que cuatro días antes de las elecciones se produzca un caso como el de las grabaciones del ministro en su despacho, hace casi dos años, puede reventar una campaña... o no. Los candidatos del PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos exigieron la dimisión inmediata del ministro, pero en La Moncloa se ha dado por «neutralizado» el caso y no esperan efectos el 26-J.

En diciembre, la participación superó el 73 por ciento. Todo indicaba que el cansancio político de los últimos meses por el boqueo político haría bajar la participación el 26-J, pero en las últimas semanas se ha detectado una recuperación que puede estar relacionada en parte con los llamamientos al «voto útil». El voto por correo ha subido un 86,5 por ciento respecto al 20-D, otro síntoma de que la movilización está activa.