Comienza el partido

En estos comicios, más incluso que en otras citas electorales recientes, una de las claves estará en la movilización del electorado . En que unos no se queden en casa dando el partido por ganado o en que otros no se molesten en ir a los colegios electorales porque ya dan por perdido el campeonato. Ese será uno de los caballos de batalla durante las próximas dos semanas, la motivación de la clientela de cada fuerza, ese grupo no menor ya a estas alturas de ciudadanos que tiene decidida la orientación de su voto, pero pueden dudar en acudir a las urnas porque crean que el partido ya ha terminado.

En esta ocasión no parece haber una bolsa de indecisos de una gran dimensión. Sí, puede haber voto oculto -no declarado en las encuestas- pero no da la impresión de que haya un porcentaje significativo de personas que estén dudando entre un bloque político u otro. La gestión de la crisis de la Covid-19 ha aclarado muchas dudas . Para bien o para mal, según el caso, lo que unos y otros han hecho durante esta pandemia estará muy presente en la mente de los ciudadanos a la hora de votar.

Lo que sí puede haber -y seguramente habrá- es trasvase de votos dentro de cada bloque político . Sobre todo, en la izquierda. Parece evidente que el BNG está al alza y que el PSdeG y Galicia en Común pagan el desgaste de haber aplaudido todas las ocurrencias y desatinos de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias durante la epidemia. Otra cosa es que eso sea suficiente para el sorpasso. Se intuye a dos semanas vista, pero puede que al Bloque se le haga corta esta campaña.

A eso apuntan los sondeos. Hacía tiempo que no había tanto consenso demoscópico. Todos los barómetros, hasta el CIS de Tezanos, apuntan en la misma dirección. También las sensaciones que cada candidato desprende en este arranque de campaña . Pero los partidos acaban solo cuando el árbitro pita el final del encuentro. De momento, la contienda solo acaba de empezar.