Susana ya asume el coste de la imputación de Chaves y Griñán en su campaña

Ahora, Díaz está obligada a cumplir su palabra o a buscar todas las posibles para reforzar su argumentario y explicar a los andaluces que no se refería a cómo se entra a declarar sino a cómo se sale tras comparecer ante el juez. Porque «la gente», a la que siempre apela Díaz, no alcanza a comprender esos detalles judiciales. Chaves y Griñán no declaran por equivocación o azar, y aunque lo hagan voluntariamente para evitar que el Supremo curse el suplicatorio correspondiente a las Cámaras lo hacen como sospechosos en el marco del fraude de los ERE, como presidentes andaluces de la etapa en la que se despistaron cientos de millones de euros, el dinero de los parados, en la comunidad con más paro de España. Y eso es lo que le van a recordar a Susana Díaz desde la oposición hasta el 22-M. Ayer, el PP inoculaba en las redes sociales la etiqueta: #SusanaEREsResponsable , y un vídeo de aquella declaración de noviembre. El PSOE se queda solo en la defensa de sus aforados, mientras el electorado exige sacrificios en el circo político con independencia de argumentos jurídicos, en casos de corrupción.

Susana Díaz, a la que dicen que no se le escapa detalle , la estratega capaz de prever los efectos de una citación como la que ayer le estallaba en plena precampaña, no contaba sin embargo con el fuego amigo. La decisión del secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, de cesar a Tomás Gómez por su presunta relación con el sobrecoste del tranvía de Parla, caso en el que ni siquiera está imputado por un juez, además de hacer añicos al partido, le ha abierto a Susana Díaz una vía de agua en su argumentario . En el PSOE andaluz hay mutismo sobre la crisis federal y cuando le preguntan: ¿por qué el PSOE no actúa igual en Andalucía?

La corrupción era un riesgo previsible en el adelanto electoral, posiblemente fue una de las causas fundamentales del mismo, pero el asunto se le va de las manos a Díaz, que ha rebajado su presencia en actos públicos como presidenta y candidata. A las actuaciones policiales sobre el fraude en los cursos de formación de la pasada semana, se suma ahora la citación del Supremo. «Chaves y Griñán, imputados» va a ser la cantinela de la campaña . Susana Díaz ya demostró que era capaz de superar las presiones del partido al sacar de la lista a los veteranos socialistas aforados en el Parlamento andaluz, a los que sí ha permitido estar en el diputación permanente para que la juez Alaya no les cite en plena campaña. Porque esa es la prioridad de Díaz, su campaña. No le queda otra que ganar y hará todo lo necesario. Por eso el futuro es imprevisible. ¿Llamará hoy a Chaves y a Griñán, que la hizo presidenta, para decirles que la gente está harta de palabras?