Ordóñez sorprende y dice que España crecerá más que la Eurozona en 2012

«Estamos en la buena dirección. En tres años hemos pasado de un déficit corriente de alrededor del 10% del PIB a una cifra inferior al 5 % este año y en el caso del déficit público, vamos a pasar de algo más de un 11% el año pasado a un 6% el año que viene. Una vez completado su ajuste, la economía española volverá a crecer por encima de las mayores economías de la zona euro», aseveró el gobernador, que se remitió a las previsiones de diversas «instituciones internacionales».

El año 2012 es, para Ordóñez, la fecha de la recuperación económica española, que después de más de tres años en el túnel de la crisis saldrá más reforzada que el resto de la Eurozona. Es decir, el crecimiento se deberá más al débil crecimiento de estos países que a una hipotética resurrección de la economía española. «Estamos en una zona en la que los países crecerán menos», explicó el gobernador.

Sin embargo, ese tono optimista no impregnó el resto de la intervención, en la que predominó el mensaje de que, para apaciguar a los mercados, es necesario dotar de mayor transparencia al sistema financiero. «Hay que hacer todo esto porque cuando la percepción de la realidad es mucho peor que la realidad misma, la mejor reacción posible es explicarla con todo detalle». Frente al argumento esgrimido por algunos analistas de que los test de estrés efectuados en verano han perdido su credibilidad al respaldar al sistema financiero irlandés, el gobernador subrayó que las entidades financieras españolas se sometieron a pruebas más «exhaustivas». Por tanto, los resultados sobre el valor de los activos inmobiliarios resultan aún aplicables. «Nada ha cambiado sustancialmente del resto de las hipótesis y, sin embargo, los mercados han parecido olvidarlo».

Una situación que no exime a la banca de ese esfuerzo de transparencia. Para ello, el BE obligará a bancos y cajas de ahorros españoles a revelar «en detalle» cada trimestre «información adicional» sobre sus «necesidades de financiación en los mercados y las estrategias de corto, medio y largo plazo», además de su exposición al sector de la construcción y sus créditos dudosos. La estrategia es clara. «Como saben los buenos guionistas de películas, el espectador se siente más a gusto cuando puede ir prediciendo un poco lo que va a suceder», afirmó el gobernador. El problema, también. «Los mercados nos ven desde lejos y no distinguen lo que distinguimos aquí. En nuestro caso, no difieren entre los gobiernos regionales y el central, o entre gobierno y oposición, lo que ven es: España».

Y un vistazo a las cifras así lo demuestra. En un momento en que la liquidez ha vuelto a situarse como el elemento clave del negocio bancario, el sistema financiero español afronta el año 2011 con mucha mayor holgura de lo que lo hace, por ejemplo, la alemana . Según datos de Bloomberg, solo dos de las grandes entidades germanas, el Deustche Bank y el Commerzbank, tendrán que afrontar casi el doble de vencimientos de deuda que todos los bancos y cajas españoles. En concreto, Commerzbank deberá refinanciar 128.110 millones de euros el próximo ejercicio, mientras que Deutsche Bank 39.653 millones. Por su parte, todos los bancos españoles deben conseguir 50.522 millones y todas las cajas de ahorros 45.456 millones. De este modo, el conjunto de sistema financiero español deberá apelar al mercado en 2011 para refinanciar 96.000 millones, mientras que sólo dos de las entidades alemanas tendrán que hacer frente a vencimientos por 170.000 millones.

Sin embargo, el castigo de los mercados no refleja esta situación. Buen ejemplo de ello lo dio ayer mismo Moody's. La agencia de calificación de riesgo, que ya en septiembre rebajó un peldaño la calificación de la deuda soberana hasta Aa1, confirmó ayer en un informe que mantiene su perspectiva «negativa» sobre la banca española. En su opinión, el entorno desfavorable, lastrado por una Eurozona aún convaleciente, dificultará la capitalización, la rentabilidad y el acceso a la financiación, aunque esta sea cuantitativamente más manejable que sus competidores.

La explicación para este trato desigual la ofrecía el BCE la semana pasada y apunta al desequilibrio de las cuentas públicas. «En algunos países el tipo de interés de los depósitos se ha incrementado significativamente durante la crisis, en contraste con la evolución plana registrada en países con una situación fiscal más sólida». No obstante, las entidades españolas redujeron su deuda con el BCE en los últimos cuatro meses, de 130.209 millones a 67.947 millones de octubre. Hoy se conocerá el dato del mes de noviembre.

Por su parte, el presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, desveló ayer durante la presentación de un estudio del Centro de Servicios Financieros de PWC y el IE Business School otra parte del problema de la banca española. En su opinión, el sistema financiero adolece de prestar un servicio «demasiado barato» en relación al que sus competidores ofrecen a los consumidores en otros países. Un problema que se verá agudizado con las nuevas exigencias de la regulación de Basilea III.