Meloni defiende el impuesto a la banca pero se ve obligada a rebajarlo

La reacción del sector bancario en la Bolsa de Milán, con una jornada negra, creó tensión en el mundo financiero y en el Ejecutivo. Los bancos cotizados en Bolsa, sorprendidos por la medida del Gobierno, perdieron 9.000 millones de euros de capitalización el martes. El ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, de la Liga, que hace tan solo dos meses declaraba que «ese impuesto no está en la agenda del Gobierno», se veía obligado a hacer público un comunicado indicando que la cantidad máxima del impuesto adicional a los beneficios extraordinarios de los bancos no puede exceder el 0,1% del activo total, lo que limita significativamente el impacto.

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Ángel Gómez Fuentes

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Según el grupo de inversión Equita, con este límite impuesto por el Ministerio de Economía, los ingresos para la Hacienda Pública, partiendo exclusivamente de los bancos que cotizan en Bolsa, «caerían significativamente desde nuestra estimación anterior establecida entre los 4.500 y 5.000 millones de euros, a alrededor de 2.000-2.500 millones, lo que equivale al 1,5% de la capitalización de mercado general del sector». Con la decisión adoptada, los bancos han reaccionado este miércoles en la Bolsa de Milán con notables subidas en sus cotizaciones, ganando más de 4.000 millones de euros en términos de capitalización, en cualquier caso menos de la mitad de la cifra de pérdidas registrada en la víspera.

El impuesto a los beneficios extraordinarios hizo temblar en un primer momento no solo a los bancos y al mundo financiero, sino que también creó tensión en la coalición de derechas, en particular en Forza Italia, la fuerza política más moderada del Ejecutivo. El partido fundado por Silvio Berlusconi, que ha mantenido siempre una estrecha relación con la Asociación Bancaria Italiana (ABI) -Il Cavaliere fue un importante accionista de Mediobanca-, consideró que en la medida aprobada por el Ejecutivo, a iniciativa de Hermanos de Italia de Giorgia Meloni y la Liga de Matteo Salvini, había una señal populista. Tajani habló con el presidente de ABI, Antonio Patuelli, para tranquilizarlo, destacando que «la medida no será punitiva».

Ante la fuerte caída de la Bolsa el martes, el vicepresidente Tajani estimó necesario enviar claras señales de que habrá una revisión del decreto: «Trabajaremos en el Parlamento para que la tasa sea una medida equilibrada, si hay que hacer correcciones, las habrá», dijo Tajani a 'La Stampa', precisando además que los ingresos en las arcas públicas por ese nuevo impuesto a los beneficios extraordinarios de los bancos deben destinarse a reducir la carga fiscal de los ciudadanos, en particular los más frágiles.

Precisamente, este aspecto, el de ayudar a los ciudadanos más necesitados y a las empresas, ha servido a Giorgia Meloni para defender la tasa. Así lo explicó en un vídeo en la tarde del miércoles: «Vivimos una fase complicada y la respuesta del BCE fue intervenir con una política de tipos de interés muy decidida. Así aumentan los precios, el costo del dinero y las hipotecas, los préstamos existentes y conduce a una contracción de la economía. Para nosotros es fundamental que el sistema bancario se comporte correctamente», subrayó la primera ministra.

«Estamos registrando ganancias récord de muchas instituciones bancarias -agregó Meloni-, por eso hemos intervenido con la imposición del 40% sobre la diferencia injusta en el margen de interés, o mejor dicho, la diferencia entre la cantidad de interés pasivo y activo de los bancos». Según Meloni, tras las subidas de los tipos de interés del BCE ha habido un aumento en las tasas pasivas que los bancos han aplicado a sus clientes, pero la primera ministra lamenta que la banca no haya aplicado el mismo aumento a quienes depositan su dinero en sus cuentas: «Esto no siempre ha sucedido», generando así «ganancias récord para muchas instituciones bancarias».

Mientras tanto, en la oposición, el Partido Democrático y el Movimiento 5 Estrellas aplauden la medida, reivindicando además ser los autores de la iniciativa porque la habían planteado en los últimos meses. Los partidos centristas del Terzo Polo se han mostrado contrarios a la medida del Gobierno.