Los 10.000 puntos del Ibex

La Bolsa española es una de las claras beneficiarias del cambio de marea que se ha producido en los mercados con la normalización de los tipos de interés que básicamente en lo que se ha traducido es en que las valoraciones vuelvan a importar algo. Además de estar muy barata, los beneficios de las empresas cotizadas en España son de los que más se están recuperando, fundamentalmente por la composición del índice que se está viendo muy beneficiado de las dinámicas económicas actuales. Los bancos, inmobiliarias, empresas vinculadas al ocio y otras compañías ligadas a la economía real están publicando muy buenos resultados que en cierta medida están sorprendiendo al mercado que últimamente tenían olvidadas a estas compañías.

La combinación de tipos de interés normalizados con valoraciones atractivas y resultados empresariales haciéndolo bien está resultando explosiva. A este cóctel habría que añadir la circunstancia de que todo el mundo se lo está perdiendo, por lo que lo más probable es que siga haciéndolo relativamente mejor porque se suele cumplir la máxima de que el mercado da siempre donde más duele.

Así las cosas, las sensaciones con la Bolsa española es probable que vayan cambiando de la mano del mejor comportamiento del índice. El propio mejor comportamiento es lo que más incide en la percepción. Y además es algo que se retroalimenta por aquello de que el dinero llama al dinero. Sin ir más lejos, los 10.000 puntos del índice español ha servido como aviso a navegantes. Es una señal para los inversores –propios y extraños– que algunos aprovecharán. Probablemente más el extranjero que el español porque están menos mediatizados por el ruido. Todo se andará.