Sin que nadie se dé cuenta

Sin embargo el hecho de que no nos hayamos dado mucha cuenta no quiere decir que no esté pasando y, más importante todavía, que pueda seguir sucediendo a futuro sino todo lo contrario.

De hecho, las circunstancias que están detrás de este cambio de postura en el mercado parece que han venido para quedarse. Los tipos de interés no van a volver donde estaban, que fue lo que estuvo detrás de lo que sucedió en las bolsas esos años.

Básicamente, que los tipos de interés se hayan normalizado permite en el caso de la bolsa que las valoraciones vuelvan a importar. En el caso de las bolsas del sur de Europa -y en concreto de la bolsa española- esta ha sido una de las claves para que en un primer momento nadie las mirara a la cara y para que ahora estén volviendo al radar del inversor internacional.

Mientras lo único que había que tener en bolsa eran las compañías tecnológicas y de crecimiento los índices del sur de Europa han languidecido. Ahora que las valoraciones vuelven a importar, y aunque a algunos les pueda sorprender, vuelven a liderar las tablas de comportamiento.

Pero quizá lo más importante es que esto está pasando sin que realmente nos hayamos dado mucha cuenta y esto probablemente sea lo que puede seguir alimentando este movimiento. Además, podría pasar que las siete magnificas se tomaran un respiro -por aquello de que tenemos a exagerar a corto plazo las consecuencias de las grandes transformaciones (como sin duda es la Inteligencia Artificial) y a minusvalorar sus consecuencias a largo como, por ejemplo, pasó con internet- lo que haría más evidente que la marea esta cambiando.

Si a lo anterior sumamos que este movimiento han sido muy pocos los que lo han cogido, podemos concluir que se dan las circunstancias para que este movimiento continúe porque el mercado tiende a hacer aquello que más duele -y a los inversores más avisados ya les está empezando a escocer-.