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Los dirigibles buscan su espacio en los cielos del siglo XXI

Varios proyectos en distinto grado de desarrollo buscan reinventar estos viejos colosos para múltiples usos, incluido el transporte de viajeros

La boyante industria de los laboratorios del mar

El dirigible híbrido de la empresa británica Hybrid Air Vehicles sobrevolando Cardington (Reino Unido)
María José Pérez-Barco

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Se les compara con los zepelines, aquellos gigantes que surcaban los cielos a principios del siglo XIX en misiones de vigilancia, de guerra o también transportando viajeros. Pasaron al olvido tras el accidente del Hindenburg en 1937 en el que murieron 35 personas. Hoy apenas ... sobrevuelan un puñado que se utilizan como soporte publicitario o en grandes eventos deportivos. Sin embargo, una nueva generación de dirigibles, que nada tiene que ver con aquellos colosos del pasado, está despegando hacia las alturas. Y se presentan en diversas tecnologías. Los HAPS (en inglés, High Altitude Platform Station) son pseudo satélites que viajan a la estratosfera, a unos 20 kilómetros de altitud. Desde allí y con el equipamiento adecuado pueden detectar desde una fuga de metano en una plataforma petrolífera, hasta dar cobertura de internet o vigilar las fronteras de un país. A más baja altitud (entre 1.000 y 3.000 metros), se están desarrollando los 'airship', un nuevo concepto de aeronaves que se ensayan para el transporte de pasajeros y mercancías en un futuro. Podrían cubrir cortas rutas turísticas, llevar productos a lugares remotos o a zonas en emergencia.

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