Cómo contribuir a los objetivos Net Zero con nuestras inversiones

El calentamiento global y el cambio climático han hecho evidente la necesidad de actuar conjuntamente para reducir el aumento de la temperatura y alcanzar el objetivo «Net Zero» (cero emisiones netas) para el año 2050. «Y, lejos todavía de alcanzarlo, no es una cuestión que dependa únicamente de las instituciones públicas, sino que debe involucrar también al sector privado y a la sociedad en general. Es compromiso de todos contribuir a reducir la emisión de gases de efecto invernadero a un nivel lo más cercano posible a cero, consiguiendo además que las emisiones restantes se reabsorban, por ejemplo, a través de los océanos y los bosques», afirma Julia Salazar, Sales Director, especialista en ESG de Amundi Iberia.

En este objetivo, considera que las firmas de inversión tienen mucho que decir porque cuentan con un engranaje cada vez más sofisticado para apoyar este compromiso global a través de soluciones, asesoramiento y servicios. «De este modo, la transición energética no solo se configura como un compromiso de todos, sino que también se presenta como una oportunidad para que los inversores puedan contribuir a luchar contra el cambio climático», resalta. Pero, ¿Cómo pueden participar los inversores? La oferta europea de Net Zero está en expansión. Los datos de Broadridge destacan que el mercado europeo de estrategias Net Zero ha crecido rápidamente en los últimos 3 años (1) . En la actualidad existen más de 180 fondos abiertos Net Zero (tanto activos como pasivos) que representan más de 65.000 millones de euros en activos totales.

«Desde Amundi, en concreto, trabajamos con nuestros clientes en toda la cadena de valor para alcanzar esta meta a través de soluciones de inversión, asesoramiento, compromiso y diálogo con las compañías en las que invertimos, ofreciendo servicios, herramientas y análisis que pueden ayudar en las decisiones de inversión», puntualiza.

Para contribuir a alcanzar estos objetivos a través de la inversión, se puede aplicar una política de exclusión de aquellas compañías más perjudiciales para los objetivos Net Zero, como por ejemplo las responsables de la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero (las que producen grandes cantidades de carbono) y que carezcan de planes consistentes de eliminación de los mismos. «Igualmente, pueden utilizarse métricas como la huella de carbono y métricas mejoradas que combinan la huella de carbono con indicadores prospectivos, como los objetivos basados en la ciencia o puntuaciones de temperatura, para medir la alineación de los objetivos corporativos. De esta forma, a través de soluciones de inversión innovadoras y diálogo con las compañías se puede medir la reducción real de las emisiones con informes claros y teniendo en cuenta que la transición debe ser socialmente inclusiva», reflexiona la especialista de ESG.

Por su parte, el diálogo y compromiso activo con las compañías puede ejercer una importante influencia para que las empresas actúen, traduciendo las convicciones en acciones concretas. Creemos que este compromiso demuestra también la credibilidad de un gestor de activos respecto a sus objetivos Net Zero. «Además, consideramos que existe todavía mucho margen para la innovación para financiar la transición a Net Zero; pudiendo buscar nuevas geografías y clases de activos, desbloqueando obstáculos a la financiación, explorando nuevas estrategias público-privadas, de impacto ecológico o de financiación privada verde, entre otras», matiza

Por último, considera probable que tengamos que revisar los enfoques tradicionales de asignación estratégica de activos para incorporar aún más los riesgos climáticos. Dada la incertidumbre en torno al cambio climático, el análisis de escenarios puede ayudar a anticipar futuras tendencias. Por su parte, «el diálogo a nivel sectorial y político podría desempeñar un papel importante en la gestión global del riesgo de cartera», añade Julia Salazar. En esta línea, señala que Amundi ofrece una gama completa de fondos «Net Zero Ambition» en las principales clases de activos, en gestión activa y pasiva, para responder a las diferentes necesidades y perfiles de los inversores, de forma que puedan alinear sus carteras con sus convicciones u objetivos climáticos.

(1) Broadridge European open-ended Funds, Abril 2023

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