Bruselas pide un AVE Madrid-París de seis horas en pleno bloqueo francés a los corredores atlántico y mediterráneo

El trayecto no se puede realizar de forma directa a día de hoy, y desde Barcelona la duración del viaje es de siete horas por el cuello de botella en el sur de Francia

Francia desconecta a España de la alta velocidad ferroviaria en Europa

Un AVE con destino Francia en la estación de Barcelona Sants abc

Bruselas quiere que el tren sea el transporte público por excelencia en plena ofensiva para descarbonizar la economía, y tiene grandes planes para el eje París-Madrid-Lisboa. Con ese objetivo, la Comisión Europea presentó ayer un plan para impulsar el desarrollo de la alta ... velocidad ferroviaria dentro de la Unión Europea y pide que en el año 2040 se pueda viajar entre la capital francesa y la española en un tiempo máximo de seis horas, y entre esta última y la portuguesa en un espacio de tres. Para que eso pueda ocurrir es esencial que el país galo desbloquee las obras de los corredores mediterráneo y atlántico para poder rebajar los tiempos de trayecto, algo que no está previsto que ocurra ni a corto ni a medio plazo..

El reto es mayúsculo. Actualmente, no existe ningún tren directo que cubra la ruta Madrid-París, y la opción más rápida es la de hacer transbordo en Barcelona, asumiendo un viaje que puede sobrepasar las 10 horas. Desde la estación de Sants, el tiempo de trayecto hasta la de Lyon de la capital gala es de aproximadamente 7 horas (con ocho paradas en ciudades como Gerona, Narbona o Montpellier) con dos frecuencias diarias operadas por la ferroviaria estatal francesa SNCF a través de su marca TGV Inoui. Hasta hace unos años la entidad propietaria de Ouigo ofrecía el trayecto en conjunto a Renfe (que pretendía recuperar esta ruta hace dos años), pero tras la pandemia rompieron el acuerdo de colaboración tras acusar unas pérdidas conjuntas de 100 millones de euros desde 2013, según SNCF.

Son tiempos que podrían reducirse considerablemente, pero esto es algo que depende de la colaboración del estado francés para ejecutar adaptaciones clave en el sur de Francia, donde el trazado no está acondicionado a la alta velocidad y se suelen formar cuellos de botella que ralentizan el tráfico ferroviario (tanto pasajeros como mercancías) y, en consecuencia, en los tiempos de viaje. La propuesta de la Comisión Europea tiene como principal línea de acción que se eliminen estos cuellos de botella transfronterizos «a través de plazos vinculantes que se establecerán de aquí a 2027 y la identificación de opciones para velocidades más altas, incluidas las superiores a 250 km/h cuando sean económicamente viables».

El plan de la Comisión Europea es que la conexión entre París y Madrid se realice a través del corredor atlántico donde también se reproduce el atasco. Pero las inversiones necesarias fueron aplazadas por el Gobierno de Emmanuel Macron hace dos años y todo indica que no estarán ejecutadas hasta 2042, cuando Bruselas quiere que la ruta París-Madrid-Lisboa esté activa antes de 2040. Desde el Ejecutivo europeo, sin embargo, llaman a la calma. El comisario de Transportes, el conservador griego Apostolos Tzitzikostas, aseguró ayer en rueda de prensa que su departamento está haciendo esfuerzos para desbloquear los cuello de botella en la frontera entre España y Francia, y aseguró que está manteniendo conversaciones frecuentes con ambos países. Además, anunció que planea visitar «pronto» la frontera acompañado por los ministros de Transportes de ambos estados.

Alternativa al avión

Con todo, el objetivo de la propuesta europea es el de reducir los tiempos de viaje y hacer del ferrocarril «una alternativa más atractiva a los viajes aéreos de corta distancia», con la finalidad de que aumenten el número de pasajeros y se impulse las economías regionales y el turismo. El plan está vertebrado en cuatro puntos. El primero está centrado en acelerar la inversión y armonizar una red ferroviaria europea de alta velocidad verdaderamente interoperable; el segundo propone crear un marco atractivo y competitivo para los servicios ferroviarios; el tercero se centra en apoyar al sector para generar una estructura europea «fuerte, innovadora y armonizada»; mientras que el último se basa en reforzar la gobernanza a nivel de la UE para coordinar y llevar a cabo la visión unitaria.

Con este plan, la Comisión Europea también pretende reducir los tiempos en otros trayectos transfronterizos europeos y puso ayer el ejemplo de lograr que la conexión entre Berlín y Copenhague se ejecute en cuatro horas en lugar de las siete actuales, y de Sofía a Atenas en seis horas en lugar de las 13 horas y 40 minutos actuales.

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