El BCE entra en modo pausa tras diez subidas de tipos consecutivas
Los analistas esperan un frenazo en la subida de tipos por parte de la autoridad monetaria europea y que los esfuerzos de Lagarde se centren más en la política fiscal
Lagarde quiere ver cuanto antes avances sobre las nuevas reglas fiscales
La presidenta del Banco Central Europeo Christine Lagarde
Después de diez subidas consecutivas, el hecho de que una reunión del consejo de gobierno del BCE termine sin un aumento del precio del dinero se ha convertido en todo un titular: «El BCE no sube los tipos de interés». Y eso es lo ... que todo apunta que ocurrirá este jueves. La ralentización de las grandes economías del euro, fundamentalmente la alemana, el alza de los intereses de la deuda y las tensiones geopolíticas, en las que Oriente Medio se suma al problema de Ucrania, ponen final por el momento a la serie de subidas de tipos.
Cabe anotar que ha costado bastante, han hecho falta una recesión y varias guerras simultáneas para que el BCE pase a modo pausa, a pesar de que la inflación va dando muestras de querer regresar a niveles algo más civilizados. La inflación se está desacelerando, habiendo pasado del 5,2% en agosto en tasa interanual al 4,3% en septiembre, pero el crecimiento se ha ralentizado en toda la zona euro antes de que Christine Lagarde pueda cantar victoria sobre ese enemigo número uno del emisor europeo, según sus estatutos. De ahí que lo más probable es que adopte una posición neutral y se siente a esperar acontecimientos.
«Esperamos que el BCE mantenga los tipos sin cambios en su reunión de este jueves para dar tiempo a valorar el impacto del endurecimiento de las condiciones monetarias», dice Franck Dixmier, director de inversiones globales de Renta Fija de Allianz Global Investors, que además advierte por otra parte que, en su opinión, «la pausa no será una señal de lo que está por venir, ya que el BCE aún no ha alcanzado el nivel final de su ciclo de subidas de tipos. Los mercados todavía no han descontado el riesgo de nuevas subidas de tipos y cualquier reajuste de las expectativas alimentará la volatilidad de los bonos».
Los analistas de Eburuy están de acuerdo en que la posibilidad de que se lleve a cabo ahora otra subida de los tipos de interés es «prácticamente nula» y esperan que la reacción del euro a la reunión de este jueves sea «limitada».
«Cualquier señal agresiva, como una fuerte oposición a los recortes de los tipos o una mayor preocupación por la inflación, podría favorecer a la moneda común. Por el contrario, si el BCE manifesta su malestar por el deterioro de las condiciones económicas, el euro podría experimentar cierta presión», comentan desde Eburuy, y dan un paso más allá al vaticinar que el próximo movimiento de ficha que haga el consejo del gobierno del BCE, que tendrá lugar en futuras reuniones, será un recorte de los tipos. «En estos momentos, los mercados dan por hecho que el ciclo de relajación comenzará en el segundo trimestre de 2024, una opinión que podría consolidarse si el BCE se muestra pesimista sobre las perspectivas económicas», concluyen.
Cambia el foco a la política fiscal
De cara al final de año, por consiguiente, la política monetaria entra en fase de observación y las preocupaciones de Christine Lagarde se orientan más bien hacia la política fiscal. Así lo ha referido en una llamada telefónica a los presidentes de la Comisión Europea, el Consejo Europeo y el Eurogrupo, ante los que ha descrito los peligros a la baja a los que hará frente la economía euro y a los que ha advertido de «evidentes signos de debilitamiento».
Según ha filtrado Bloomberg sobre la conversación, Lagarde ha transmitido a Bruselas que le preocupa la falta de acuerdo regional sobre las normas fiscales, que se está convirtiendo en un dolor de cabeza. Cree, de hecho, que los diferenciales entre las deudas de los distintos países serán más amplios si el bloque no se integra más con rapidez y mete prisa sobre la reinterpretación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE, que debería dar pasos decisivos en enero en todo lo concerniente a la norma que limita el déficit público al 3% de la producción.
Lagarde ha dejado entender que es necesario presionar a los gobiernos para que lleguen a un acuerdo antes de fin de año, mientras su Consejo de Gobierno permanece en periodo de inactividad.
«No esperamos que el BCE introduzca cambios en sus actuales orientaciones de reinversión de la cartera de bonos, pero sí que discuta un cambio anticipado en las reinversiones del programa de compras de emergencia (PEPP)«, añade Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO.
Veit además agrega que «por el momento, sin embargo, la incertidumbre en torno a la reforma de las normas fiscales de la zona euro, la reciente inclinación a la baja de las curvas de rendimiento y la ampliación de los diferenciales soberanos abogan en contra de cualquier decisión importante en la próxima reunión«.