Las aerolíneas alertan: los retrasos se han disparado un 55% desde 2019 por la congestión aérea

El presidente de ALA, Javier Gándara, ha asegurado que es un problema de falta de capacidad del control aéreo europeo, que es menos grave en España, pero que sobre todo ocurre en Francia, país que es crucial para España, al ser de obligado paso para la mayoría de conexiones con el resto de Europa. «Dependiendo del país se trata de un problema de falta de controladores, de tecnología o de inversiones», ha enumerado Gándara, quien ha pedido «superar estas ineficiencias del espacio aéreo» para atender las necesidades de demanda y dar solución a estas crecientes demoras. «Es necesario que se garantice cuanto antes la capacidad suficiente y una eficiente gestión, de esta manera se dará un mejor servicio a las aerolíneas y también a los ciudadanos», ha afirmado el también director general para el Sur de Europa de Easyjet.

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Asimismo, las aerolíneas miran con preocupación los distintos conflictos armados que se reproducen en el entorno de Europa, como la escalada bélica en Ucrania, y «especialmente» en Oriente Próximo. Las aerolíneas creen que es un factor que puede afectar al precio del combustible, la inflación y el deterioro de la situación económica de los consumidores y de esta manera, mermar la buena marcha del tráfico aéreo. «El contexto geopolítico inestable en el que nos encontramos puede condicionar el buen comportamiento del tráfico aéreo y las previsiones de cara al invierno, además de los flujos de tráfico», ha indicado el líder de ALA.

Por el momento, la previsión de las aerolíneas para el invierno, se inclina hacia el máximo histórico de viajeros. Desde octubre hasta marzo de 2025 se han programado 137 millones de asientos, un 11,6% por encima de lo operado en la temporada de invierno de 2023, lo que aseguran que ya anticipa que el año acabará en récord por encima de 2023, al transportarse 283 millones de pasajeros.

Lo que sí puede hacer de barrera para el avance de estas cifras en el futuro son los objetivos de descarbonización que exige Europa para el medio y largo plazo por el que España podría llegar a perder 4,5 millones de turistas por el incremento de precio de los billetes de avión. En este sentido, Gándara ha puntualizado que la transición ecológica de la aviación debe hacerse desde una perspectiva medioambiental, pero también social y económica, preservando la democratización lograda de la aviación. «Estamos comprometidos con la descarbonización de la aviación, pero debe hacerse manteniendo su democratización, que siga siendo accesible y asequible para todos», ha recalcado.

Gándara, como en anteriores ocasiones ha vuelto a incidir en que la solución es la apuesta por el combustible sostenible de aviación (SAF), frente a medidas fiscales «que elevan costes y no descarbonizan». En este sentido, ha pedido incentivos a la producción de SAF para garantizar el suministro en España de acuerdo a los objetivos establecidos: el uso del 2% de SAF en 2025 y su escalada progresiva hasta un 70% en 2050.