Valeriano Gómez: diálogo social por bandera
El ministro de Trabajo, experto en relaciones laborales y afiliado a UGT, ha puesto en marcha las reformas más importantes del Gobierno
Valeriano Gómez: diálogo social por bandera
«El país necesita más un ministro de Trabajo que uno de Inmigración». Así se expresaba Celestino Corbacho en octubre de 2010, horas antes de dejar esta cartera y tras reconocer que a él le había elegido en su día Zapatero ... por su experiencia con los inmigrantes cuando fue alcalde de Hospitalet. Por eso, la designación de Valeriano Gómez (Arroyo del Ojanco, Jaén, 1957) como su sustituto fue bien recibida en todos los sectores por su fama de dialogante, sus enormes conocimientos del mundo laboral y su experiencia sindical y política. El reto del nuevo ministro de Trabajo, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, era frenar la sangría del paro, reestablecer el diálogo social y llevar a cabo importantes reformas (laboral, pensiones y negociación colectiva). Y para ello disponía de año y medio.
Aunque ha conseguido revitalizar el diálogo social, roto hace un año con la reforma laboral, le ha dolido muchísimo que patronal y sindicatos no hayan llegado a un acuerdo sobre la negociación colectiva a pesar de prorrogar las reuniones hasta casi el infinito. También ha sufrido por su problema de espalda, que le mantuvo de baja varias semanas, y por el Real Madrid, pena esta última compartida con el secretario general de UGT , Cándido Méndez . Ambos han tenido que sufrir los dardos del secretario general de CC.OO., Fernández Toxo , y del presidente de CEOE, Juan Rosell, ambos culés.
Su presencia en la manifestación de Madrid con motivo de la huelga general del 29-S , tres semanas antes de que le nombraran ministro, ha sido el hecho por el que seguramente más se le recuerda. Él justificó su asistencia por su afiliación a UGT y «para defender los derechos de los trabajadores, más que protestar por la reforma».
Aquella instantánea se recordará más que la de la firma del Acuerdo Social y Económico en La Moncloa . En ese acto, al ministro le colocaron en un extremo de la mesa que presidía Rodríguez Zapatero y al que acompañaban Ignacio Fernández Toxo , Cándido Méndez , Juan Rosell y el presidente de Cepyme, Jesús Terciado. Sin embargo, al hacerse la foto al final del mismo, a Valeriano le tiró su instinto sindicalista y socialista y se colocó entre Zapatero y Méndez, lejos de Rosell y Terciado.
Hombre sencilo
En UGT ha desempeñado diversas labores en distintas etapas, en las que ha sido asesor económico de la comisión ejecutiva confederal, administrador único de PSV para liquidar esta cooperativa de viviendas, cuya quiebra afectó a más de 20.000 familias, y vocal en el Consejo Económico y Social (CES) en representación de este sindicato. El lunes pasado, acudió a un acto sobre desempleo juvenil en ese organismo. Al acabar el mismo, tanto Valeriano Gómez como el presidente del CES, Marcos Peña, se sentaron a tomar un café en la terraza del bar Roda, situado justo enfrente del edificio que ocupó el diario «Pueblo» en la calle de Huertas.
Esa sencillez es una de las cualidades que más destacan quienes le conocen. Es afable y de trato exquisito. Su mujer, Begoña, y sus dos hijos adolescentes le han acompañado en varios actos en el ministerio, lugar que conoce perfectamente pues ha asesorado a varios ministros socialistas y fue secretario general de Empleo (2004-2006). También ha estado en el gabinete técnico de Zapatero y ha participado en la coordinación del programa electoral del PSOE en 2008.
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