El plátano se la juega mañana frente a la banana en el Senado

En esta línea, han argumentado que de aplicarse este precepto registrarán pérdidas en volumen e ingresos y que sería una mejor alternativa controlar los precios de las importaciones de banana de terceros países que aseguran que son «muy inferiores» a los costes del plátano canario y de otras producciones comunitarias.

En un informe de ASPROCAN (Asociación de Organizaciones de Productores de Plátano de Canarias) al que ha tenido acceso ABC, se ha argumentado que si se aplica la Ley «aquellas semanas en las que el precio en verde esté por debajo del coste de producción no se podría comercializar el producto» . Este documento, en base a otro documento de la Unión Europea de 2015, estima que el precio medio en verde del Plátano de Canarias está en un mínimo de 0,69 euros/kg. Lo que, de aplicarse la norma sin excepciones, hubiera dejado fuera del circuito comercial al 11% de la producción en 2019 con una pérdida de valor de 25,3 millones de euros o 15% de los producido en 2018.

En concreto, los productores estiman un impacto económico directo de 259 millones de euros en 4 años y de un incremento del volumen no comercializado de hasta el 30%. Además sostienen que la reforma implicaría «retiradas de mercado todas las semanas» por un mínimo de 500.000 kg semanales, según ASPROCAN.

Lo que hace la enmienda que se debatirá en el Senado es introducir una nueva Disposición adicional sexta que busca reconocer la singularidad de «las relaciones comerciales entre los operadores de la cadena alimentaria del Plátano de Canarias» para que se les exceptúe de acordar precios superiores al coste efectivo de producción. Desde el Grupo Socialista en el Senado han pedido mantener la redacción original tal y como salió del Congreso de los Diputados y, de momento, no son favorables a contemplar esta excepción.

En opinión de Sergio Cáceres, gerente de ASPROCAN, se trata de «una reforma bienintencionada y compartimos sus objetivos, pero a nosotros nos haría perder mercado y entrar en pérdidas». Al respecto, el representante de los productores, ha explicado que la discrepancia está «en la fijación de precios para todas las transacciones - por encima de los costes de producción- durante todo el año: No podemos hacerlo, nos saca del mercado».

En este sentido, ha añadido que el sector funciona «con diferentes categorías» cuyos márgenes se van compensando unas a otras y que el productor es el primer interesado en recibir lo justo por su trabajo, pero ha matizado que el plátano canario se enfrenta a «producciones de grandes multinacionales americanas» en países como Colombia que, en su opinión, pueden permitirse el lujo de «vender a precios de derribo en España». Según Cáceres, la banana en el mercado mayorista se paga de media a 30 céntimos/kg frente a los 80 céntimos /kg del Plátano de Canarias del que se valoran otros intangibles como el respeto al medio ambiente o la calidad.

Preguntado por lo que representa esta excepción respecto a otros cultivos, Cáceres ha recordado que «no hay otra producción de plátanos en otra región española» y que «tenemos que competir dentro de las reglas de mercado». A su juicio, si se aplica la normativa estrictamente, pueden perderse anualmente alrededor del 30% del volumen. También ha recordado que la campaña del plátano dura todo el año, unas 52 semanas.