Los nuevos ERTE abren un nuevo frente entre Díaz y Escrivá

Díaz defiende la importancia de potenciar la formación en los trabajadores que siguen en ERTE , pues muchos de ellos es probable que necesiten reciclarse en nuevos sectores, pero rechaza la idea de vincularla a los beneficios de las exoneraciones fiscales que ofrecen los ERTE vinculados a la pandemia, según reconocen en su entorno. La misma idea defienden los empresarios, que rechazan de lleno la idea de Escrivá.

El ministro ya avanzó la semana pasada que el objetivo es que estos nuevos ERTE estén centrados en la formación de aquellos trabajadores que tienen más difícil reincorporarse a su empleo . «Algunos (de los trabajadores) tendrán que reajustar su actividad dentro de la empresa o hacia otras empresas o sectores. El esfuerzo de formación tiene que ser un elemento adicional y central en el nuevo esquema», dijo. Y así lo planteó el martes en la mesa de negociación.

La idea de Escrivá tampoco ha gustado entre los sindicatos. El secretario general de CC.OO., Unai Sordo , aseguró ayer que el acuerdo en los ERTE está «lejos» y mostró serias dudas de que el Gobierno pueda garantizar en estos momentos «planes formativos coherentes» para los afectados. En declaraciones a los medios de comunicación en Madrid, Sordo aventuró que este aspecto iba a seguir creando mucho ruido: «Ha generado polémica y más la va a crear», aventuró. La idea de incluir la formación como una de las claves de los ERTE estructurales es una idea que no gusta a los agentes sociales, que discrepan, como Trabajo, de ligarlo a este esquema en la fase final de la pandemia. «Esta idea, que me parece buena para los ERTE estructurales, si la sacamos antes de tiempo a la palestra puede generar frustración o problemas en el mantenimiento de ERTE hasta finales de la pandemia».

Entre los representantes empresariales, Lorenzo Amor, presidente de la asociación de autónomos ATA remarcó ayer su preocupación ante una propuesta que, dijo, obliga al sector a «estar de policías para que los autónomos hagan los cursos de formación» y explicó que debería ser el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) el que tendría que estar ofertando «este tipo de cursos precisamente a las personas en ERTE».

La nueva batalla llega en un momento de fortaleza para Yolanda Díaz dentro del Ejecutivo, tras la subida del salario mínimo, y recuerda a otros pulsos vividos en ediciones anteriores de estas prórrogas a cuenta de las exoneracioes a los trabajadores reactivados, una de las ‘obsesiones’ del expresidente de la Airef.