El mundo empresarial mueve ficha por temor a un recorte de las ayudas por ERTE

Por ahora, sectores como el aéreo o la hostelería están considerados «ultraprotegidos», lo que les permite, por ejemplo, disponer de exoneraciones de hasta el 90% de las cuotas a la Seguridad Social. Este estatus, sin embargo, será difícil de mantener a partir de octubre; ante la incipiente recuperación económica, una parte del Gobierno de coalición quierer empezar a retirar estas ayudas, muy costosas para las empresas.

El caso de Iberia es paradigmático. La antigua aerolínea de bandera anunció este lunes su intención de empezar a negociar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) por causas organizativas y de producción, ante la posibilidad de que las conversaciones entre el Gobierno y los agentes sociales no den como resultado una prórroga de los ERTE de fuerza mayor para el sector aéreo.

Desde la compañía insisten en que todavía se mantienen entre un 30 y un 35% por debajo de los niveles de actividad de 2019 y destacan que su intención es «mantener las condiciones actuales», es decir, que el ERTE sea parcial y que los 5.000 empleados afectados por este proceso mantengan una actividad cercana al 70%.

Pero Iberia no es la única aerolínea que trabaja en alternativas a los ERTE por fuerza mayor. Fuentes del sector explican que «desde hace semanas hay un run run entre los directivos respecto a la posibilidad de que el Gobierno no amplíe los beneficios de los ERTE a partir de octubre». Un recorte de incentivos que se produciría, sin embargo, con el sector todavía a medio gas, lo que obligaría a buscar alternativas.

«Si bien el verano ha sido positivo, los niveles de actividad se mantienen en global muy lejos de los registrados antes del Covid. Entre enero y agosto el número de vuelos ha caído un 52% y el de pasajeros un 68%», destacan en la Asociación de Líneas Aéreas (ALA).

La situación es extrapolable al resto del sector turístico : nadie tiene aseguradas las ventajas de los ERTE más allá del 30 de septiembre. Es por ello que en las últimas semanas distintas patronales han insistido en la necesidad de ampliar las ayudas para evitar una sangría de despidos y un reguero de quiebras en los albores de la temporada baja.

«Ahora empezamos a notar el abandono de la actividad del turista nacional. Este factor, sumado al desplome del turismo internacional, es algo muy duro para las empresas que abrieron y habían visto una cierta recuperación en el mes de agosto. Tenemos que intentar aguantar y para ello es vital que esa red de seguridad que ofrecen los ERTE permanezca», destacó la semana pasada el presidente de Cehat, la patronal hotelera, Jorge Marichal.

El sector automovilístico también empieza a mover ficha. SEAT, por ejemplo, anunció la semana pasada que aplicaría un ERTE por causas organizativas hasta junio del año que viene que afectaría a un total de 11.000 empleados. Si el turismo teme la llegada de la temporada baja, los fabricantes de coches alertan del impacto que está teniendo en su producción el desabastecimiento global de chips.