Navantia ultima un acuerdo con Riad que garantiza el empleo hasta 2020

El pedido, según estas mismas fuentes, insuflará actividad tanto en la plantilla conformada por más de 5.455 trabajadores -de los cuales más de 2.700 son operarios- de la compañía dependiente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) como, especialmente, en la industria auxiliar. Al menos, garantizará actividad en los astilleros hasta 2020, ya que a las labores de construcción de las patrulleras de vigilancia se sumarán las de mantenimiento y asesoramiento y formación a las flotas saudíes , que se extenderán previsiblemente durante toda la vida útil de las fragatas.

«Se trata de una modalidad ya puesta en práctica con otros clientes, como con la Armada noruega, con la que existe esta vinculación "sine die"», explican desde Navantia , puesto que aunque este tipo de acuerdos se suelen fijar por periodos de tiempo determinado, normalmente incluyen cláusulas de prórroga automática. Si, finalmente, llega a buen término, la asignación de los buques engrosaría la cartera de pedidos de Navantia , que cerró 2014 (último ejercicio del que se tienen datos) con un crecimiento de 400 millones hasta los 1.627,8 millones de euros .

Oficialmente, tanto Navantia como la SEPI guardan silencio, pese a que la última cuenta ya con los avales necesarios para ejecutar el proyecto. Ambos permanecen a la espera de que el Ejecutivo saudí suscriba de manera irrevocable el contrato, especialmente en un momento económicamente complicado para el principal exportador de crudo mundial. El bajo precio del petróleo ha golpeado sus cuentas públicas , en las que históricamente había logrado superávit fiscal y que para el ejercicio 2015 podrían registrar, basándose en las estimaciones de los analistas, un

De hecho, el desplome del oro negro de los últimos meses, hizo que se dispararan las alarmas sobre los problemas de liquidez para abonar los pagos pendientes a las constructoras españolas que se encuentran en el país árabe, como en el caso de FCC, que participa en la construcción del metro de Riad, o el consorcio de una docena de firmas españolas que construye el tren de alta velocidad entre La Meca y Medina por 6.736 millones . Sin embargo, las empresas niegan que Riad esté incurriendo en retrasos, aunque temen que la caída del petróleo sí pueda afectar a algunas obras proyectadas pero aún no adjudicadas, como la extensión del suburbano de la capital del país árabe.

Los sindicatos, mientras tanto, ya dan por hecho que se producirá la rúbrica del texto. El presidente del comité de empresa de la planta de San Fernando, Jesús Peralta, se mostró convencido de que el acuerdo estará cerrado « en unos días » y advirtió, frente a la frontal oposición de diversas oenegés, que «si no lo hace» España «lo hará cualquier otro país». Amnistía Internacional, FundiPau, Greenpeace y Oxfam Intermón han remitido una carta a Navantia y al presidente en funciones Mariano Rajoy en la que piden la paralización del posible contrato porque «la exportación de estas fragatas supondría una clara violación del derecho internacional», incluidos el Tratado sobre Comercio de Armas.

«Estados Unidos y Alemania están dando bocados en Arabia para llevarse este contrato», replicó Peralta, quien también se refirió vehementemente a la oposición al contrato expresada por Podemos, que controla, los ayuntamientos de Cádiz y de Puerto Real. «Les hemos pedido que le digan a su jefe que por favor se calle por el contrato de Arabia, porque va a joder a mas de diez mil familias», remachó. En este partido «insisten en que con Arabia, nada», se lamentó el líder del comité de empresa y recordó que hace unos años se firmó un contrato similar (incluso, con modelos de fragata idénticos) con el Gobierno de Hugo Chávez. «Hemos construido a Venezuela », país con el que se suscribió, por entonces, «el mayor contrato de la historia». El sindicalista reveló, además, que «el impulso final» al encargo árabe llegó hace unos meses tras una visita del rey Felipe VI a Arabia Saudí.

El alcalde de Cádiz, José María González Santos «Kichi», se apresuró a distanciarse de cualquier posible crítica y expresó su «respaldo y apoyo» a l as negociaciones para que el acuerdo entre Navantia y Arabia Saudí fructifique «de la manera más inmediata posible», al tiempo que pidió a la diplomacia española -sin dar detalles sobre qué pasos se deberían dar en ese sentido ni pronunciarse sobre las críticas de las organizaciones no gubernamentales- que «redoble los esfuerzos para velar por que los países con los que establece relaciones económicas respeten los Derechos Humanos».