Crisis y población

El mercado laboral pierde 400.000 españoles en un año, pero suma otros 125.000 extranjeros

El INE detecta una gran caída de la población activa autóctona desde el estallido del Covid

Parados haciendo fila a las puertas de una oficina de empleo Fabián Simón

El mercado laboral español está viviendo una masiva fuga de mano de obra autóctona , una pérdida sin precedentes de población activa nacional . La crisis del coronavirus ha desencadenado un fenómeno que sorprende incluso a los expertos: en los últimos doce meses, ... la población activa ha perdido 406.000 españoles, mientras ha sumado otros 125.000 extranjeros que han llegado a nuestro país en busca de oportunidades. Así lo desvela la última Encuesta de Población Activa (EPA).

Hace años que estas encuestas del INE muestran que el mercado laboral español pierde mano de obra autóctona, pero nunca de forma tan masiva y acelerada como ahora.

Que España pierda población activa autóctona es lógico en un país con baja natalidad y progresivo envejecimiento. Eso hace que cada vez son más los españoles que se jubilan y menos los que se incorporan al mercado laboral. Esto, junto a los habituales movimientos migratorios, hizo que en el quinquenio 2015-2019 la población activa de nuestro país perdiera una media de 74.500 españoles por año. El problema es que en los doce últimos meses la pérdida ha sido de 406.000 , según la EPA. Ese es el número de españoles que han desaparecido del mercado laboral. Ni constan como ocupados ni como parados.

Ante lo disparatado de la cifra, la pregunta que surge es ¿a dónde han ido a parar tal cantidad de activos? La EPA no aborda esa cuestión y no hay estadísticas a las que acudir para encontrar una respuesta certera.

En la anterior crisis, la de 2008, se produjo una significativa marcha de trabajadores españoles al extranjero. Pero ahora no parece que eso permita explicar la actual fuga masiva de población activa española, porque la crisis del coronavirus es global, también ha paralizado la economía de los países de nuestro entorno y la pandemia no facilita precisamente los flujos migratorios, explica Blanca Sánchez Robles , profesora titular de Macreconomía en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

El factor del desánimo

Esta especialista cree que lo más probable es que «la explicación sea por una combinación de factores: en parte por la dinámica demográfica del país -su decrecimiento vegetativo-, en otra parte quizás por cierto fenómeno migratorio, y hay que considerar un tercer factor que puede estar siendo especialmente importante en estos momentos: que en gran medida esta pérdida de población activa se deba al desánimo y la incertidumbre que se ha instalado en la sociedad ante la crisis del coronavirus. Las expectativas van siendo cada vez más negativas y eso puede estar desanimando a personas que entraron en el mercado laboral en los últimos años, que ahora han perdido el empleo y que quizás han optado por retirarse de la población activa porque consideran que en estas circunstancias no merece la pena buscar un empleo», apunta la economista Blanca Sánchez.

Eso sí, en el último año, a la par que se ha producido esta masiva desaparición de población activa española, se ha vuelto a registrar una abultada llegada de mano de obra extranjera. Según la EPA, en los doce últimos meses España ha sumado 125.700 activos extranjeros y 91.400 que tienen doble nacionalidad -española y de otro país-.

Covid, crisis y despoblación

Por otra parte, ahora también se está observando que, dentro de España, hay provincias mucho más castigadas que otras por la pérdida de población activa. Sobre todo de población activa joven y de mediana edad, de entre 25 y 45 años, que es el «músculo» demográfico y laboral de un territorio.

Según la EPA, Guadalajara y León son las dos provincias que más población activa de entre 25 y 45 años han perdido en los doce últimos meses. Guadalajara ha perdido un 6,9% y León un 6,1%. Les siguen La Coruña (-5,4%), Huelva (-5,2%), Gerona (-5,2%), Cuenca (-5%), Álava (-4,9%), Sevilla (-4,8%), Santa Cruz de Tenerife (-4,6%) y Badajoz (-4,5%). Sin embargo, en la dinámica Madrid la población activa se mantiene prácticamente sin variaciones. Y también hay provincias que, pese a estar en delicada situación demográfica, hasta ahora no han experimentado un retroceso del número de activos pese a la crisis. Yotras que incluso han ganado población activa, a pesar del desplome económico causado por el Covid.

Teletrabajo y medio rural

Con carácter general, las crisis económicas perjudican a los territorios demográficamente débiles y económicamente poco dinámicos -lo uno y lo otro suele ir de la mano en el fenómeno de la despoblación-. Pero, en la actual crisis del Covid, algunos también ven en ella una oportunidad para atraer población al medio rural de la mano del teletrabajo y de una puesta en valor de los pequeños núcleos de población como enclaves «saludables» y de calidad de vida. «Si la tendencia del teletrabajo sigue cobrando fuerza y las empresas dan un paso adelante en el terreno de la digitalización, pueden salir favorecidas provincias que están lastradas por mercados laborales poco dinámicos y que ahora pueden ofrecer ventajas comparativas», explica la economista Blanca Sánchez.

El presidente de la Diputación de Huesca y vocal de la Comisión de Despoblación de la Federación Española de Municipios y Provincias ( FEMP ), el socialista Miguel Gracia , incide en la necesidad de poner en valor esas potencialidades del medio rural con inversiones en conectividad, en infraestructuras y en vivienda, pero también con reformas legislativas adaptadas a la realidad y a las necesidades del medio rural.

Internet y vivienda

«Esta pandemia debería servir para replantearnos cuestiones como la sostenibilidad y el papel del medio rural, ahora que hay familias que sopesan cambiar su forma de vida en las grandes ciudades y fijar su residencia en pueblos no alejados de centros urbanos con servicios», afirma Miguel Gracia. Está convencido que el teletrabajo puede atraer población al medio rural, pero insiste en que para ello «es fundamental invertir en la conectividad» , en la extensión de la banda ancha a todo el territorio. Pone como ejemplo el esfuerzo realizado en este sentido por la provincia de Huesca, «donde más de 230 localidades ya disponen de conectividad gracias al proyecto de extensión de banda ancha que hemos llevado a cabo en núcleos de 20 habitantes o más, que hoy ya tienen una conexión de al menos 30 megas».

Además, insiste en que también es crucial mejorar la oferta inmobiliaria. «Necesitamos reformas legales para mover el mercado inmobiliario de los pueblos» , afirma el presidente de la Diputación oscense. Y es que no siempre la despoblación hace que abunden las gangas inmobiliarias en pueblos pequeños. También los hay, sobre todo en zonas con potencial -por ejemplo, en entornos turísticos-, en los que abundan las casas en venta con precios que no ayudan a atraer vecinos. Así lo advierte el presidente de la Diputación de Huesca. Gracia lamenta que «hoy por hoy, existen núcleos escasamente poblados y con muchas viviendas vacías a precios prohibitivos» .

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