Las lagunas en las cuentas de Sánchez ahogan el objetivo de déficit público
La Comisión Europea será flexible con los gastos asociados a la pandemia pero exigira al Gobierno que cumpla con la agenda reformista
El plan presupuestario enviado por el Gobierno a las autoridades comunitarias está incompleto y, por lo tanto, adolece de credibilidad porque no refleja la realidad ni de los gastos ni de los ingresos lo que, en la práctica, tira por tierra los objetivos de ... déficit y de deuda. Las cuentas del Ejecutivo de coalición quedan en papel mojado, pero pasarán el corte de Bruselas, que será flexible con el gasto asociado a la pandemia, pero inflexible con la agenda reformista exigida a España como condición para recibir las ayudas europeas.
El alcance de los rebrotes ha condicionado el diseño de las cuentas públicas, repletas de lagunas sobre el impacto económico del «escudo social» el año próximo. El desembolso en ERTE y el cese extraordinario de actividad se recorta drásticamente y desaparecen las partidas de los subsidios extraordinarios aprobados para apoyar a colectivos vulnerables como las empleadas del hogar o los trabajadores temporales. Tampoco hay partidas, por ejemplo, para las bajas médicas ligadas al Covid.
Y el gasto en desempleo se reduce desde los 41.000 millones previstos en 2020 a 22.000 en 2021. El Ejecutivo parece confiar en que la economía remonte con fuerza y que las empresas incorporen a todos los trabajadores en ERTE, hoy casi 800.000. La tasa de paro, de hecho de mantiene prácticamente igual a la prevista este ejercicio, en el 16,9%.
La fecha marcada en rojo en el calendario es el próximo 18 de noviembre , cuando la Comisión Europea tiene previsto publicar su opinión sobre los proyectos presupuestarios que todos los Estados miembros han remitido de cara a un más que complejo año 2021. Incluido el de España. La cifra menos «acertada» es el déficit público proyectado , que asciende al 7,7% del PIB y que se verá inmediatamente desbordado en caso de que los ERTE sean prorrogados más allá de finales de enero, momento en que expira la prórroga actual. Igual suerte correría el nivel de deuda al que se ha comprometido el Gobierno, el 117% del PIB.
Sin embargo, actualmente se han levantado las reglas fiscales europeas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento , precisamente como medida de compensación de la crisis, y el ejercicio de evaluación de este año tendrá un tono diferente en este sentido. No osbtante, sí que se mirarán con lupa, según explican fuentes comunitarias, las reformas estructurales propuestas y su calendario para ejecutarlas. Sobre la mesa está una nueva reforma de las pensiones , introducir más dosis de flexibilidad en el mercado de trabajo y emprender la eterna reforma de los servicios de empleo y de las políticas activas.
Prórroga de las ayudas
Aunque las casillas económicas sobre los ERTE están incompletas en las cuentas previstas para 2021, economistas, empresarios e, incluso, del ala económica del Gobierno coinciden en que una nueva extensión de estos esquemas será inevitable para algunos sectores. Ayer la ministra de Economía, Nadia Calviño , aseguró en RNE, que los ERTE se mantendrán «mientras sea necesario» y se esforzó en lanzar un mensaje de «confianza y tranquilidad» a los empresarios. No obstante la vicepresidenta recordó el «elevadísimo coste» que tienen estos esquemas , lo que hace indispensable una «buena gestión de esos recursos».
En la misma línea se habría mostrado tanto el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, como la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Sin embargo, el documento remitido a Bruselas el jueves pasado dibuja un 2021 muy optimista en términos de empleo . El Ejecutivo estima que el gasto en desempleo pasará del 3,7% del PIB en 2020 al 1,5% del PIB en 2021, un recorte que no encaja con el tsunami de paro que se prevé pueda llegar el año próximo.
«Contador a cero»
Cabe recordar que aunque desaparezca el respaldo de los ERTE, los trabajadores pasarían a cobrar la prestación por desempleo ordinario , ya que las condiciones actuales incluyen el llamado «contador a cero», que implica que no han consumido estos meses tiempos de su cotización. Esto quiere decir que el gasto para el Estado de esta masa de trabajadores tiene muchas probabilidades de seguir ya sea vía ERTE o vía ERE.
Sin embargo, los trabajadores afectados por estos expedientes temporales aún suman 728.909 , la mayoría de ellos en fuerza mayor, según datos de septiembre del Ministerio de Seguridad Social. Y el ritmo de reactivación se ha frenado bruscamente, pues tan solo salieron 84.000 personas el mes pasado , frente a los 307.000 de agosto, los 712.000 de julio, los 1,168 millones de junio y los 388.000 de mayo. A ello habría que sumar además a los autónomos: de los 60.692 afiliados que se perdieron en las primeras semanas del confinamiento, 49.356 han vuelto a la actividad y al cierre de septiembre sumaban 3.263.553 . Esto deja a cerca de 880.400 a los trabajadores afiliados con su actividad limitada.
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