El largo historial del descrédito

Las autoridades culpan ahora a las agencias de «rating» de actuar con un sospechoso inoportunismo

El largo historial del descrédito afp

moncho veloso

Standard & Poor's —y Fitch y Moody's— nunca está en la lista de invitados. Pero siempre aparece para aguar la fiesta. Merkel y Sarkozy acordaron el pasado 5 diciembre el futuro de una nueva Unión Europea, como respuesta a la crisis galopante del euro ... y para júbilo de la Bolsa y las primas de riesgo. Al día siguiente la agencia de «rating» amenazó con esa rebaja generaliza de notas al Viejo Continente que ayer confirmó. Echó por tierra ese momento de idilio y Bruselas montó en cólera.

«Ese anuncio, justo en vísperas de una nueva cumbre decisiva para el futuro de la Unión y su moneda, no puede ser una coincidencia», dijo entonces el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. «Tiene motivaciones políticas» , sugirieron varios consejeros del BCE. «No se deben sobrevalorar los comunicados de las agencias», dijo ayer el ministro alemán de finanzas, Wolfgang Schaeuble. «No le den más crédito del que merecen», recomendaba Juncker hace un mes.

Como dársela si cuando Lehman Brothers quebró sus hipotecas basura lucían aún una triple A , esa matrícula de honor que las agencias otorgan a los activos, supuestamente, de mayor solvencia. Solo unos días después, el Gobierno de EE.UU. ponía sobre la mesa 85.000 millones de dólares para evitar el derrumbe de AIG, a pesar de que la mayor aseguradora del mundo contaba también con el aval de Moody's, S&P y Fitch.

Las agencias son empresas privadas cuyo negocio es evaluar la solvencia de empresas, bancos y países y sus productos. Indican a los inversores qué y quién es fiable. Han sido acusadas de cobrar por hacer la vista gorda . E incluso de ayudar a pulir los activos tóxicos para que pudiesen estar en los mercados. De no ser independientes. Y ahora también de un sospechoso inoportunismo.

Quizá Miguel Ángel Fernández Ordóñez todavía recuerde el 10 de marzo de 2011. El gobernador del Banco de España había fijado con antelación esta fecha en el calendario para presentar las necesidades de capital extra de la banca del país. Moody's no esperó a la cifra del supervisor y a primera hora de la mañana rebajó la nota de España al considerar que sus bancos y cajas necesitarían entre 40.000 y 50.000 millones. Ordóñez cifró horas más tarde esas necesidades en «solo» 15.150 millones.

A mediados de ese mes de julio los mercados aguardaban una solución para Grecia. Bruselas acordó un segundo rescate por 109.000 millones, potenciar el fondo de rescate y una contribución «voluntaria» de la banca en ese rescate . Las agencias habían avisado en los días previos que de aprobar esa quita, declararían a Grecia en quiebra. El 25 de julio, Moody's rebajó tres niveles el «rating» de Grecia, y el día 27 S&P dos escalones.

, después de que el Congreso aprobase ampliar el techo de gasto tras un acalorado debate entre republicanos y demócratas. Curiosamente, durante esos días el supervisor financiero del país, la SEC, debatía cambiar la regulación para someter a las agencias a intensos controles, test de evaluación de sus empleados y estudios de conflictos de interés.

« Estados Unidos es y siempre será un país de triple A », sacó pecho entonces Barack Obama. A pesar de que los líderes políticos siguen intentando desacreditarlas son las propias autoridades —los bancos centrales— las que le otorgan el poder que tienen. Todo producto de inversión tiene que tener su califiación . Los inversores no compran nada que no esté avalado por las agencias. Los emisores pagan por que estas pongan nota a sus títulos. Legalmente son solo opiniones y por lo tanto no son responsables de lo que digan. Aunque tumben a un país. Disparan con pólvora del rey.

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