España volverá a tener déficit con el exterior por primera vez en nueve años por la caída del turismo
La economía ya ha vuelto al déficit por cuenta corriente y rompe un ciclo histórico en el que ha financiado al extranjero
Uno de los acontecimientos que evidenció el cambio de modelo de crecimiento que provocó la crisis financiera, el ciclo de varios años de superávit que España amasó en los últimos años del exterior, ha llegado a su fin por la virulencia de la crisis del ... coronavirus. Que la economía nacional consiguiera un excedente por cuenta corriente del exterior había sido un hecho inédito en el último medio siglo: desde 2012 España acumuló año a año superávit por cuenta corriente, arrancando una fase de crecimiento económico que, por primera vez desde que arranca la serie histórica en 1960 , no se sostenía a base de financiación del exterior, sino reduciendo la tremenda deuda externa del país. Esta fue la gran muestra de la competitividad recuperada y de un crecimiento más equilibrado frente a los años de burbuja inmobiliaria en los que se llegó a recibir 101.000 millones más del exterior de los que se transfirieron fuera.
Un indicador que volverá a ser ligeramente negativo este año, algo que no ocurría en nueve años, desde 2011, principalmente por la tremenda caída del turismo y del gasto de extranjeros en nuestro país. Según los datos publicados por el Banco de España hasta abril la economía registró un déficit por cuenta corriente de 2.473 millones de euros, frente a los 926 millones de superávit que acumuló el año pasad o . Es la primera vez que en los cuatro primeros meses del ejercicio se tiene registro negativo de este indicador desde 2014.
Fin de ciclo
Esta tendencia parece que se mantendrá durante todo este año, de forma que BBVA Research en su informe «Situación España» prevé que la economía acabe 2020 con un déficit por cuenta corriente del -0,4% del Producto Interior Bruto (PIB), frente al superávit del 1,97% que recabó el año pasado. Para el próximo año, el servicio de estudios de la entidad augura que el año que viene se recuperará la capacidad de financiación, con un 1,5% del PIB .
Este excedente conseguido durante la recuperación había conseguido mejorar la Posición de Inversión Internacional neta, es decir, la deuda exterior neta que tiene España descontando los activos fuera de sus fronteras. Frente a su máximo de 2014, este indicador se ha ido reduciendo del 97,8% del PIB al 71% este año, unos 886.000 millones en dinero contante y sonante.
Cuanto más bajo sea este indicador, menor es la dependencia de un país frente al exterior y menos vulnerable es en momentos de crisis como la actual. Solo Chipre (382,8% del PIB), Grecia (140,6%) y Portugal (85,2%) tienen una deuda exterior superior a España en la Unión Europea, por lo que nuestro país debe seguir adelgazando esta variable en los próximos años. Por ejemplo, Alemania no tiene deuda sino que tiene una posición positiva del 15,2% del PIB, Francia tiene una deuda del 43,9% mientras que la de Italia es del 52,1%.
Consumo a la baja
El economista jefe para España del servicio de estudios de la entidad, Miguel Cardoso, achaca este deterioro a la caída de visitantes. «Pese a que el consumo de nacionales se ha recuperado, el gasto de los no residentes llegó a caer un 90%», reflexiona. Pese a que el fin de las restricciones puede empujar al alza el consumo de los no residentes en verano, los niveles son considerablemente bajos y el desembolso de los no residentes sigue estando un 58% por debajo a 12 de julio , según los datos de la entidad.
Como recoge BBVA Research en base a datos de las propias tarjetas y terminales del banco, el consumo de no residentes podría triplicarse en verano, lo que en todo caso, dado los niveles de partida históricamente bajos, implica una demanda inferior en aproximadamente el 30% al nivel previsto en ausencia de coronavirus. El turismo era responsable de más de la mitad del superávit exterior. En comparación, la entidad constata que el consumo nacional ya ha recuperado su nivel anterior al confinamiento en todas las provincias españolas. En el agregado, se volvió a este nivel a principios de junio, de la mano de la desescalada.
Otra causa de que este año España pierda su superávit con el exterior es la caída de la demanda exterior de nuestros principales socios comerciales, por la propia crisis del coronavirus, que lastra también las exportaciones. Además, Cardoso remarca que los bienes que han aumentado más su consumo estos meses, como la alimentación o productos tecnológicos, son en buena parte importados.
Hay otra variable que explica este deterioro como es el elevado déficit público, que este año rebasará el 10% del PIB. Porque el 68% de la deuda exterior neta de España se debe a la Administración que este año deberá aumentar considerablemente su pasivo y sus números rojos ante la crisis del coronavirus. La deuda externa bruta, es decir, sin los activos en el extranjero, escaló en marzo al 173% del PIB, 2,147 billones de euros.
Competitividad recuperada
Durante el periodo previo al estallido e la burbuja inmobiliaria, la economía española creció a gran velocidad pero con un fuerte recurso a deuda por parte de empresas -constructoras sobre todo- y hogares -mediante préstamos hipotecarios-, lo que provocó que buena parte del crecimiento económico se nutriera de financiación del exterior durante esos años. A ello se le sumó un importante déficit comercial, por el estancamiento de las exportaciones, un incremento de las compras al exterior, y una pérdida de competitividad que posteriormente se corrigió parcialmente.