Asesores y distribución, la asignatura pendiente de la Inversión Socialmente Responsable
El esfuerzo de las gestoras internacionales por promover la ISR y la gran acogida de los inversores institucionales están detrás del fuerte incremento de los volúmenes de esta filosofía de inversión
María Gómez Silva/Esther García López
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Asesores y distribución, la asignatura pendiente de la Inversión Socialmente Responsable
La inversión socialmente responsable (o ISR), aquella en la que se tienen en cuenta criterios de sostenibilidad tanto ambiental como social, está ampliamente asentada en España, con volúmenes de activos gestionados que se acercan a los 200.000 millones de euros (185.614 millones de euros en 2017, según datos de Spainsif, la asociación que promueve esta filosofía). El esfuerzo de las gestoras internacionales por promoverla y la gran acogida de los inversores institucionales están detrás de la fuerte implantación lograda por la misma. Ahora, le toca el turno a los inversores particulares, que hasta ahora se han quedado rezagados de esta tendencia. Pero, para ello, es preciso contar con la formación del eslabón intermedio: los asesores y la distribución. Y, en este capítulo, también se está avanzando, según aseveraron los portavoces de las gestoras que participaron en el foro ISR organizado este martes por la revista Inversión y el diario ABC en la Bolsa de Madrid.
«Hay gestoras que llevamos impulsando este tema desde hace varios años con buena gama, buenos procesos y medios. Pero, hace un par de años, si un cliente minorista llegaba a una oficina bancaria a pedir un producto ISR, probablemente no sabían ni lo que era. Hemos visto que en los últimos dos años las entidades nacionales están apostando claramente por estos productos. A día de hoy, cualquier particular puede ir a su entidad y le pueden canalizar un producto de este tipo», explicó Jorge Díaz, responsable de ventas institucionales de Amundi Iberia.
«Antes había interés pero no demanda. Sin embargo, las nuevas generaciones ahora mismo están impulsando para que esto no sea una moda sino algo que ha venido para quedarse. Ahora, lo importante es que todos los distribuidores estén preparados para atender a esa demanda», añadió Ana Rosa Castro Aguilar, directora de ventas de Nordea España.
Cada gestora tiene una manera propia de aplicar los criterios ASG. Así, la mayoría de ellas excluye actividades consideradas poco responsables, como el armamento o las que violan los derechos humanos
Uno de los obstáculos para avanzar en un mejor asesoramiento sobre este tipo de productos es que cada gestora aplica los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (o ASG) de manera distinta, lo que dificulta la labor de asesores y distribuidores, según explicaron los expertos presentes en el foro ISR.
Por eso, «hasta que haya homogeneidad y criterios bien definidos» sobre la inversión socialmente responsable (algo en lo que instituciones como la Comisión Europea ya están trabajando), las gestoras deben trasladar muy bien a los asesores financieros en qué consiste su visión de la ISR para que se lo expliquen a los clientes y hagan casar cada producto concreto con las necesidades financieras de los particulares, según opinó Borja Fernández, director de cuentas de Schroders España y Portugal.
Y es que, efectivamente, durante el foro ISR se pudo ver cómo cada gestora tiene una manera propia de aplicar los criterios ASG. Así, la mayoría de ellas excluye actividades consideradas poco responsables, como el armamento o las que violan los derechos humanos; pero además cada una tiene una manera de interpretar el conocido como enfoque «best in class» (basado en incorporar en cartera las compañías que mejor valoración tienen en cuento a los criterios ASG) y el «engagement accionarial» (que consiste en establecer un diálogo con las compañías en cartera para mejorar sus prácticas a todos los niveles).
Aplicación de los filtros ISR
En lo que sí coincidieron las tres gestoras es en considerar que los filtros ISR van a terminar por aplicarse, con mayor o menor rigor, prácticamente a toda la gama de producto . «Es un movimiento imparable que empieza a tener un impacto directo en las compañías», dijo Díaz, en el sentido de que va a afectar a las valoraciones de las compañías en bolsa y también a sus costes de financiación.
Y es que, de cara a las compañías, «a parte del componente moral, si uno aplica estos criterios, hay estudios que señalan que se reduce el coste del capital, se mejora el rating, te financias de forma más barata y reduces el riesgo reputacional», apuntó Fernández.
Precisamente, estas ventajas y la mayor concienciación social sobre estos temas están presionando también a las empresas a actuar de manera más responsable: «Las empresas cada vez están recibiendo más presión por parte el inversor final para ser responsables. Actualmente, hay mayor transparencia y el inversor final pude ver qué está haciendo la empresa y cómo», señaló Castro.
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Bonos verdes, en crecimiento exponencial
Los bonos verdes, las tarjetas, los depósitos, las cuentas corrientes, las hipotecas o los depósitos a los que la banca empieza a aplicar criterios de Inversión Socialmente Responsable (ISR) fue el tema de la tercera mesa redonda que bajo el título, «Los otros productos socialmente responsables», se celebró en el «Foro ISR. La nueva era de inversión socialmente responsable», organizado el 7 de mayo en la Bolsa de Madrid.
Moderados por José Jiménez, periodista de la revista INVERSIÓN, los tres ponentes de la mesa Gonzalo Gómez, director general de BME Renta Fija; Ángel Tejada, head de BBVA Green Bonds Group, y Cristina Martínez, gerente de Productos Ahorro e Inversión de Tridos Bank, destacaron el interés que han despertado los bonos verdes entre los inversores y las empresas que se financian a través de ellos. «Ahora se habla del «boom» de los bonos verdes debido al crecimiento exponencial que están teniendo», asegura Ángel Tejada, para quien su desarrollo «es impresionante a nivel global. Hoy hablamos de un mercado de 500.000 millones de dólares , de los que la mitad viene por parte de emisiones europeas y este año BBVA Research espera un crecimiento del 30 por ciento respecto a 2018, hablamos de 220 mil millones de dólares».
También Gonzalo Gómez reconoció que «hay una demanda potencial de bonos verdes y va en aumento porque cada vez hay más sensibilidad respecto a la inversión sostenible».
Los bonos verdes, a juicio de Gonzalo Gómez, «se enmarcan dentro de las finanzas sostenibles y son emisiones de renta fija, pero los fondos que se obtienen son destinados a la consecución de proyectos verdes que tienen un componente beneficioso para el conjunto de la sociedad».
La banca está lanzando al mercado cada vez con más frecuencia productos que aplican criterios ISR y que sus clientes cada vez demandan más
Pero no solo aumenta el interés por estos bonos por parte de los inversores, sino que las empresas optan cada vez más por este tipo de financiación. Así lo reconoció Ángel Tejada que puso como ejemplos a Iberdrola, Naturgy, Telefónica o ACS . En las empresas que optan por financiarse con criterios ISR, «la emisión de bonos verdes genera cohesión interna dentro de la compañía entre los distintos equipos», asegura Gonzalo Gómez.
Pero no todo son bonos verdes. La banca está lanzando al mercado cada vez con más frecuencia productos que aplican criterios ISR y que sus clientes cada vez demandan más, como créditos, tarjetas, depósitos o hipotecas. Este es el caso de Triodos Bank, según Cristina Martínez, «nuestros clientes son el motor que nos hacen seguir mejorando nuestros productos porque cada vez nos solicitan más productos con criterios de sostenibilidad. No son una moda. La gente empieza a entender la transposición a una economía que pone la dignidad humana en el centro ».
Destaca que los mayores impulsores este cambio son los millennials ya que, «a pesar de que no tienen mucho dinero para invertir, están interesados en productos como cuentas corrientes, que hacen que el dinero no sea un valor especulativo sino una herramientas de transformación en el sector».
Puso como ejemplo la hipoteca de Triodos, una hipoteca con compromiso social relacionado con la certificación energética que ha sido muy bien acogida por los clientes de la entidad.
También Ángel Tejada considera que «tenemos que ofrecer productos vinculados a la sostenibilidad como hipotecas vinculadas a la eficiencia energética».
Sostenibilidad y rentabilidad
Pero, además de su compromiso con la sostenibilidad, los productos socialmente responsables «tienen que ofrecer una buena rentabilidad ajustada al riesgo», advierte Tejada. Considera que «a idea es analizar muy bien nuestro análisis de riesgo para hacer una oferta de productos socialmente responsable en el retail, hacer un producto sostenible que esté ajustado al riesgo». En su opinión, «El inversor final debe tener claro que se puede hacer una buena inversión en ISR desde el punto de vista de los retornos».
Apoyo de las instituciones
Un aspecto importante para impulsar el mercado de productos con criterios ISR es el apoyo de las instituciones, según consideran los expertos, y ponen como ejemplo al BCE que compró bonos verdes. A juicio de Tejada, «la compra que hizo el BCE es muy importante porque es un gran comprador de deuda». Considera que «el apoyo del sector público es esencial para este mercado y creo que puede hacer un poco más».
También Cristina Martínez cree esencial el apoyo público a estos productos y «la administración pública está apostando por ellos». Reconoce que «la exención fiscal puede ser importante para impulsarlos de cada al inversor particular».
Según reconocen los tres expertos, el futuro de los productos socialmente responsables es halagüeño. No obstante, Gonzalo Gómez reconoce que «es fundamental que los mercados estemos involucrados con el medio ambiente porque nos jugamos mucho en ello».
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Ética y rentabilidad van de la mano en la Inversión Socialmente Responsable
Uno de los aspectos que tradicionalmente han generado desconfianza por parte de los inversores hacia la inversión socialmente responsable (aquella que se realiza teniendo en cuenta criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo) es la posibilidad de que este tipo de activos y productos tuviese un peor comportamiento que sus pares convencionales por el mero hecho de atender a criterios de sostenibilidad. Sin embargo, los expertos congregados en el foro ISR organizado este martes por Inversión y el diario ABC en la bolsa de Madrid descartaron por completo este extremo.
«Inversiones más rentables y más sostenibles. Es posible tener ambas cosas a la vez», dijo al respecto Carmen López, responsable de índices de Bolsas y Mercados Españoles (BME).
« La sociedad está cambiando . Para muchos inversores, la rentabilidad pasa por la sostenibilidad sí o sí. Y no solo en España. Se trata de un tema global», añadió Francisco Javier Garayoa, director general de Spainsif, la asociación que promueve esta filosofía de inversión en España.
En concreto, estos expertos explicaron que las empresas que realizan su actividad atendiendo a estos criterios de sostenibilidad (respetan las normas internacionales de derechos humanos, tratan de minimizar su impacto sobre el medio ambiente, etc.) se enfrentan a menores riesgos de todo tipo (reputacionales, legales, etc.). Asimismo, consiguen una financiación más barata a través de instrumentos como los bonos verdes o los bonos sociales. Y esto termina por redundar en una mayor rentabilidad, según argumentaron.
Beneficios para todos
Por eso, la inversión socialmente responsable no solo acarrea beneficios para los inversores, sino que las compañías también se están uniendo a esta filosofía porque «aporta resultados», apuntó Fernando Ibáñez, vicepresidente de ASEAFI y cofundador de Ética Patrimonios EAF. Por ejemplo, «una empresa que realice su actividad bajo criterios sostenibles tiene más capacidad para captar inversiones institucionales», aseveró.
Así las cosas y una vez que las grandes compañías han interiorizado la conveniencia de desarrollarse de manera sostenible, el reto es que las empresas más pequeñas incorporen los criterios de la sostenibilidad en su actividad. Para ello, es un impulsor muy importante el hecho de que las grandes compañías hayan tomado la iniciativa y ya estén «en la foto», afirmó López.
Y, una vez dado este paso, la tendencia debe llegar también a los proveedores, tal y como relató Antonio Fuertes, responsable de reputación y sostenibilidad de Naturgy. «El pilar es la extensión de la sostenibilidad a toda la cadena de valor y, en este caso, a proveedores. Nosotros tenemos más de 8.000 proveedores y unos 6.000 están evaluados en criterios ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo). Ahora, estamos empezando a valorar a los proveedores de los proveedores. Eso es una gran fuerza para extender las prácticas sociales al conjunto del tejido empresarial», explicó
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