El Fondo de Rescate del euro tendrá más cuantía y podrá comprar deuda
Zapatero se pliega a la petición de Alemania de vincular salarios a productividad, mientras que el Pacto por el Euro deja libertad a cada país
Los líderes de la Eurozona decidieron esta madrugada ampliar la capacidad real del Fondo de Estabilización Financiera de la Eurozona, conocido como Fondo de Rescate, de los actuales 250.000 millones a 440.000 al tiempo que le permitirán comprar títulos de deuda soberana en ... el mercado primario cuando se den determinadas condiciones.
Todas estas importantes novedades eran reclamadas desde hace semanas por los países con más problemas para financiarse y por los propios mercados, que habían especulado con la posibilidad de que algún otro país tuviera que recurrir al Fondo de Estabilización.
La cumbre de la Eurozona se prolongó hasta entrada la madrugada de hoy porque Grecia e Irlanda pidieron una renegociación de los préstamos que recibieron el año pasado, lo que desató la caja de los truenos. La canciller alemana, Angela Merkel, se mantuvo firme y se negó a rebajar el tipo de interés del préstamo a Irlanda, en el 5,8%, porque el Gobierno de Dublín rechazó subir el tipo del impuesto de sociedades, actualmente en el 12,5%, el más reducido de toda Europa.
Grecia tuvo más suerte y consiguió que se le aumentara el plazo de devolución de los préstamos para que el plan de ayuda económico sea sostenible en el tiempo.
El Presidente del Consejo de la UE, Herman Van Rompuy, intentó quitar hierro a las enormes discusiones que hubo durante toda la jornada en Bruselas asegurando que Irlanda, pese a que no aceptó las condiciones que le impuso Alemania, sí firmó el pacto global en el que se recogía la idea de la paulatina convergencia fiscal.
En clave española el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, después de llevar semanas hablando de que en España los temas salariales se gestionan en el marco de la negociación colectiva, reveló ayer sus cartas al hacer pública una misiva que había enviado el día 3 de marzo al presidente del Consejo de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, en la que se muestra a favor de «prestar especial atención al mercado laboral, alineando salarios y productividad, e incrementando la empleabilidad y la formación de nuestra fuerza laboral».
Este movimiento se produce, además, justo cuando el conjunto de los líderes europeos había llegado ya al acuerdo de «descafeinar» las propuestas de Alemania en este campo, y aprobaron un Pacto de Competitividad, rebautizado como Pacto por el Euro, en el que se deja libertad a los países para mantener sus tradicionales sistemas de fijación de salarios, incluso la vinculación a la inflación, como es el caso de muchos convenios en España.
Como era de esperar, los sindicatos en España no tardaron en reaccionar a la carta de Zapatero. Así Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CC.OO., aseguró que el presidente «tiene cierto desconocimiento de la realidad de la negociación colectiva en España, ya que desde hace nueve años los salarios se vinculan a una combinación de productividad, previsión de inflación y cláusula de garantía salarial».
Zapatero explicó tras la reunión que la revisión de la negociación colectiva es uno de los puntos necesarios para aumentar la productividad y que confía en que los agentes sociales alcancen un acuerdo equilibrado en esta materia.
España, deberes pendientes
En el terreno de los deberes por hacer, y al hilo de la firma del Pacto por el euro, el Presidente anunció que hará algunas reformas más en la Ley de Estabilidad Presupuestaria.
Además de la cuestión de los salarios los líderes del Eurogrupo acordaron plantearse objetivos con plazos marcados en materia de reforzamiento de la gobernanza económica, dentro del actual Pacto de Estabilidad pero con vigilancia reforzada por parte de la Comisión, el Consejo y el Eurogrupo. Se hará especial hincapié en el aumento de la competitividad, el empleo, el reforzamiento de la estabilidad financiera y el saneamiento de las finanzas públicas.
Sin embargo, y a diferencia de lo que se había discutido en las últimas semanas, cada país tendrá margen para ponerse sus propios objetivos así como la manera de lograrlos, en una especie de «traje a la medida» aprobado ayer.
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