2020, un año con tintes de manual
«Ajustar su cartera a la máxima pérdida estimada le ayudará a no malvender en aparatosas caídas»
Pablo De Vicente
A lo largo de 2018, las correlaciones entre los diferentes activos acabaron por encima del 90%, por lo que contados fueron los que se salvaron de las quemas del cuarto trimestre. Un año realmente duro de gestionar y de explicar a un alumno. En 2020, ... el S&P 500 se hundió en 24 sesiones un -34% y se revalorizó en 57 un +44,73%. Pero no todos los sectores se comportaron igual: solo las grandes tecnológicas -FAANG- aportaron el 27% de ese primer tirón, pesando un 24% dentro del índice. Su promedio de revalorización individual sobre el total fue del 114%. Durante noviembre, las recuperaciones de los sectores europeos, más penalizados, más pegados al ciclo, estuvieron entre el 12% y 28%, mientras que los defensivos, reyes del año, no superaron el 10%.
Pero en la actualidad, ¿quiénes serán los grandes motores de rentabilidad de las carteras? Si vendió en el peor momento, ¿cuándo entró de nuevo y qué evolución lleva su inversión?
En 2020, podría destacar las diferencias sectoriales respecto al ciclo económico, la descorrelación, el plazo de la inversión y no vender en pánico. Puntos clave de la inversión.
¿Sectores cíclicos o defensivos? Para ejemplo el Covid-19, ya que, al cerrarse las economías, las estimaciones macroeconómicas mostraban deterioros bíblicos. ¿Qué funcionó mejor? Aquellos sectores más defensivos, incluida la tecnología. Y dentro de esta, ¿quiénes se coronaron? Los componentes para ordenadores -teletrabajo-, la inteligencia artificial y/o la robótica -contacto no físico-. En el lado opuesto, los sectores más ligados al ciclo, como los autos o el ocio, se esfumaron a los infiernos.
El corto plazo es simplemente impredecible para un «humilde» inversor. Por ello, podríamos preguntarnos qué ocurrirá con estos sectores en llamas o ante una profunda caída. ¿Qué impulsaría una recuperación y en qué plazo? Si somos capaces de evitar el ruido mediático -difícil porque en esos momentos el volumen negativo es muy alto- y podemos respondernos, estaremos en el punto de acometer paulatinamente nuestra compra de valores. Contando también con empresas con buena perspectiva, pero que se comporten diferente. Este año es y ha sido posible la descorrelación.
Las Bolsas son máquinas de descontar acontecimientos. Si espera la noticia -ir por detrás del mercado-, estos valores que ha seleccionado estarán ya muy cerca de sus máximos. El recorrido será tacaño y podría darse de bruces con un recorte nada más comprar: antes de la «sorpresa» de la efectividad de Pfizer, el índice de cíclicos europeos del Stoxx 600 ya había subido un 46% del total de noviembre -rumores-; seis días después –«noticia»-. Antes del anuncio de Moderna, la escalada representaba el 82%. Y, superando otras seis sesiones, antes de la publicación de Oxford –«confirmación»- ya acaparaba el 95%.
Si vendió con el desplome, asumiendo pérdidas del -30%, es probable que necesitara una «confirmación» para recomprar. Si no estamos ante el «apocalipsis», los mercados tienden a recuperar si, como fue el caso, los banqueros centrales se vuelcan. En el caso anterior, habrá cogido un 5% de la subida y su cartera le espetará un gran signo negativo, arrastrándolo a nuevos errores para recuperar. Ajustar su cartera a la máxima pérdida estimada le ayudará a no malvender en aparatosas caídas.
La anticipación es básica, apueste a meses vista. Si compra valores que entren en sus perspectivas futuras y además muestren castigos, podrá sufrir en el corto plazo, pero más adelante encontrará su recompensa. Los cíclicos avecinan niveles pre-Covid, pero habrá que remangarse y determinar si irán a más. Por ejemplo, habrá que pensar si el negocio base de los bancos - intereses más altos- se recuperará o si serán capaces de reinventarse a la vez que emplean sinergias positivas con competidores, dentro de su plazo objetivo.
La base de su modelo deberá encartar datos objetivos -no opiniones-, como los indicadores macroeconómicos, sus adelantados -como los PMI- y las previsiones de los directivos, para determinar dónde nos encontramos y dónde podríamos ir. Así obtendrá su propia composición de lugar actual y futura. No se invierte leyendo, continuamente se lanzan mensajes ambiguos que tienden a la derrota. Debería ser fiel a su modelo, aunque sea a contracorriente -mejor- y no claudique en pánico. Así, probablemente el mejor gestor de sus ahorros sea usted mismo.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete