El tratado entre Estados Unidos y Europa sufre su primera gran derrota política

El aplazamiento de la votación se produce después de una semana de fuerte ofensiva de los sectores contrarios al tratado de los grupos de izquierda radical y ecologistas, contra los socialistas que habían aprobado el texto del informe en la comisión de Comercio Internacional. Las críticas han debilitado mucho la cohesión del grupo socialdemócrata, que amenazaba con resquebrajarse en el pleno si el informe era llevado a votación.

El mecanismo de resolución de conflictos es el punto de mayor fricción. Hasta ahora, los tratados de este tipo tienen un mecanismo que dirime los desacuerdos entre inversores y los países firmantes a través de un arbitraje privado sin derecho a recurso. La comisaria de comercio, Cecilia Malmstrom, no ha logrado convencer a los más críticos de que tendrá en cuenta sus reservas y que no aceptará este sistema en ningún caso.. La Comisión promete además que trabajará para que en el futuro se establezca un mercanismo multilateral de arbitraje al que se podrían sumar países terceros.

El ponente del texto, Bernd Lange, que es socialista, prometió que su grupo seguirá trabajando «para elaborar una resolución que refleje nuestros principios socialdemócratas, con una fuerte protección para los derechos de los trabajadores, los servicios públicos y los estándares medioambientales. Hablaremos con todos los grupos para obtener apoyos para nuestra posición».

Un abanico de diputados de los pequeños grupos políticos españoles que se oponen al TTIP, desde Bildu hasta Podemos, pasando por ICV, ERC o IU, celebraron esta decisión que interpretan como «una victoria de la presión de la calle en contra de este acuerdo». Ernest Urtasun, de ICV, consideró que, aunque no se trataba de una votación en la que se defendía sí o no al TTIP, «los negociadores se han quedado sin la legitimidad que esperaban».