Florentino Pérez avanza que Marcelino Fernández se convertirá en consejero delegado de ACS «en uno o dos años»

Una vez que concluya esta labor, cuya duración estima que se prolongará «uno o dos años», Fernández compartirá con Pérez la gestión ejecutiva del grupo de infraestructuras y servicios como consejero delegado. Con este fin la cúpula directiva se estructurará con una presidencia, en la que Pérez seguirá al frente, y dos cargos ejecutivos.

El pasado mes de marzo, fue el propio máximo responsable de ACS quien avanzó el nombre de su sucesor, durante una entrevista en el programa «Salvados» de La Sexta . Pérez, de 67 años de edad, explicó que tras el relevo, cuya fecha no precisó, se dedicará a la fundación ACS. Tras la junta de accionistas del grupo, que se ha celebrado hoy en Madrid, el también presidente del Real Madrid elogió a su futuro «número dos». «Le hemos educado para eso, lleva en el grupo desde el año 1990 y constituye una ayuda inestimable», subrayó.

Pérez es el tercer máximo accionista de la compañía, con un 12,5% de su capital, y su presidente desde 1997 , año del nacimiento del grupo tras la fusión de varias empresas del sector.

Durante la junta de accionistas, el presidente de ACS anunció que espera mantener una evolución del beneficio anual a un ritmo 10%, lo que se traduciría, en 2016, en unas ganancias de 1.000 millones de euros. «Persiguiendo con rigor y decisión estos objetivos, podemos alcanzar, en 2016, un beneficio neto del orden de los 1.000 millones de euros. Reto difícil, pero al que vamos a dedicar todas nuestras energías y talento para conseguirlo», destacó.

El año pasado ACS cerró con un beneficio de 702 millones . Pérez destacó que tanto el mercado internacional como la «mejoría de la economía española» presentarán un contexto favorable, pero el grueso del crecimiento de ACS provendrá del segmento internacional, que supone el 80% de su facturación. El aumento de la rentabilidad, la «eficiencia financiera» y un «moderado apalancamiento», serán otras de las palancas de crecimiento.

Pérez también aprovechó para solicitar un impulso del Ejecutivo para aumentar la inversión en infraestructuras, después de que el plan de reducción de déficit público rebajara la inversión en obra pública hasta los 8.700 millones de euros en 2014, frente a los 8.978 millones de 2013 y los 21.000 de 2010. «Parece importante que se terminen las obras que están en marcha y se continúen desarrollando nuevas infraestructuras en la medida de nuestras posibilidades». Esto, a su juicio, sería «una buena oportunidad para dinamizar la economía» española.