Economía fuerza la salida de la cúpula de Catalunya Banc y troceará la entidad
El Ministerio y el FROB ultiman la salida del actual presidente, Adolf Todó, y buscan nuevos gestores que afronten su saneamiento definitivo
Economía fuerza la salida de la cúpula de Catalunya Banc y troceará la entidad
El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ultima la salida de Adolf Todó de la presidencia de la nacionalizada Catalunya Banc y la llegada de Carlos Pla, presidente de Caja Sur hasta hace tres semanas, en el marco de un nuevo plan para intentar ... reorientar el complejo futuro del banco. Aunque el cambio de mandos aún no está cerrado, el organismo que dirige Antonio Carrascosa -y que gestiona la presencia del Estado en los bancos nacionalizados- está sólo a falta de ultimar algunos detalles. Junto a Todó, también saldrían el actual consejero delegado, Jaume Masana, y la facción del comité ejecutivo más cercana a la actual cúpula, procedentes en su mayoría de Caixa Manresa.
Los motivos del relevo hay que buscarlos en el fracaso de la subasta de la entidad, que originó un enfrentamiento directo entre los actuales gestores y Economía, y el informe elaborado por la consultora McKinsey a petición del propio FROB, que ha dibujado un panorama mucho más negativo de lo esperado para la entidad catalana, según fuentes consultadas. Los nuevos planes de Luis de Guindos para la entidad pasan por hacer paquetes de activos sanos y ponerlos a la venta, para después traspasar aquellos créditos invendibles a la Sareb, el banco malo. El nuevo equipo gestor tendría entonces un plazo de hasta tres años para gestionar el negocio restante, aglutinado en la figura del «banco puente» que estableció la última legislación bancaria aprobada por el Gobierno, y volver a ponerlo a la venta para recuperar así algo de lo invertido por el erario público.
En el sector han sorprendido los cambios de planes del Ministerio con respecto a la Catalunya Banc. Y es que después de que el pasado mes de marzo la banca sana al completo se negara a comprar la entidad catalana sin recibir un saneamiento adicional, desde el departamento que dirige Luis de Guindos se insistió reiteradamente en que el Gobierno no iba a malvender la entidad sino que había que gestionarla para recuperar los más de 12.000 millones inyectados. Esto conllevaba un importante plan de ajuste y saneamiento que Todó se ha negado a llevar a cabo y que ha derivado en la salida del ejecutivo catalán.
Según figura en las cuentas de 2012 de la entidad, el año pasado se redujo la plantilla un 7,4%, frente a recortes de doble dígito en el resto de nacionalizadas, y sólo cerró una oficina, la de Perpignan (Francia). Su red está formada ahora por 1.163 sucursales, presentes en todas las comunidades autónomas, si bien con mayor peso en Cataluña (856 oficinas), la Comunidad de Madrid (109) y la Comunidad Valenciana (74).
Venta acelerada
Un factor determinante han sido los resultados del informe de McKinsey para buscar sinergias entre todas las entidades públicas que, finalmente, ha arrojado unas perspectivas más oscuras de lo esperado que apuntan a la venta rápida de Catalunya Banc como la mejor opción. Fuentes consultadas aseguran que el afloramiento de un paquete de créditos incobrables de entorno a 3.000 millones de euros como una de las principales causas de que su venta quedara desierta.
Además, en un entorno macroeconómico que todavía seguirá marcado por la crisis durante al menos unos ejercicios más, la tendencia de los ingresos promete seguir a la baja mientras que los costes, si no al alza, permanecerán estables. Se trata del mismo problema al que se deben enfrentar el resto de entidades financieras, pues el negocio bancario apenas responde y el margen de intereses, en un entorno de tipos históricamente bajos, es cada vez menor. Sin embargo, la entidad catalana tiene menos capacidad de maniobra y un desgaste sensiblemente mayor.
En la salida de Todó aún queda pendiente cerrar las condiciones económicas. Fuentes del sector aseguran que el directivo estaría intentando conseguir una indemnización que el FROB no está dispuesto a desembolsar. Los aspectos económicos no son la primera vez que enfrentan al gestor con el máximo accionista de la entidad. Todó, y Masana cobraron el año pasado un total de 600.000 euros, a razón de 300.000 euros cada uno, frente a los 2,41 millones que se repartieron en 2011. Un fuerte recorte que, en cambio, no experimentó la remuneración de la alta dirección de la entidad (que no incluye a los consejeros ejecutivos). En 2012, los nueve miembros de la alta dirección de Catalunya Banc se repartieron 2,47 millones, frente a los 2,72 millones de 2011, cuando estaba integrada por diez personas, lo que supone una caída del 9,2%.
Bankia, al frente
Otra de las derivadas de lo nuevos planes del Ministerio de Economía podrían pasar por que José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, asumiera un mayor protagonismo en la coordinación de las entidades nacionalizadas. La idea ha sido recibida con recelo en la mayor de las entidades públicas, que aboga por seguir centrada en su plan de negocio. Así lo expresó ayer mismo el director general de Presidencia de Bankia, José Sevilla: «Actualmente, la mejor alternativa para Bankia es que siga con su camino, seguir dando pedales. Ahora no es momento de desviar la atención hacia otras cuestiones», afirmó al ser preguntado en RNE por estas cuestiones.
Aunque el directivo se mostró resignado con la posibilidad de que finalmente harán lo que les pida el ministro: «Una cosa es lo que nos gustaría, pero habrá que ver qué es lo mejor para todas las partes», zanjó. De hecho, la complicidad de Pla (procedente del BBVA) y Goirigolzarri encajaría en estos planes. También se uniría al proyecto el equipo de José María Castellano, presidente de NCG, que cuenta con la confianza del FROB y del Ministerio.
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