¿Qué podríamos hacer con los 43.000 millones que tiene Amancio Ortega?

Para empezar, pensemos en el mundo del arte. El año pasado conocíamos que «Jugadores de cartas», de Paul Cézanne (1895), era la obra más cara del mundo. Fue adquirida por la familia real de Qatar por un total de 200 millones de euros. Pues bien, partiendo de nuestra fortuna, podríamos comprar hasta 215 cuadros como este. Si nos hubiéramos dado una vuelta por la recién celebrada feria de Arco, no habríamos tenido tampoco ningún problema en hacernos con las obras más caras que se expusieron: «El pintor y la modelo», de Picasso (cuatro millones de euros), «Lo profundo es el aire», de Chillida (dos millones de euros) y otras tantas, que en total suman 11.950 millones, podrían ser nuestras y todavía nos sobrarían más de 40.000 millones.

Pasemos ahora a calcular qué pasaría si lo que quisiéramos fuera adquirir un medio de transporte de lujo como puede ser un barco o un avión. En el caso del primero, si nuestra elección es, por ejemplo, un «Bavaria Virtess 420 Coupé», con capacidad para unas doce personas, por valor de 350.000 euros, nos podríamos comprar 12.285 barcos como este. En el caso del avión, tomamos como referencia el que tiene ya Amancio Ortega, un Bombardier valorado en 40 millones, con su fortuna podríamos comprar más de mil aviones de este modelo.

¿Y si quisiéramos comprarnos el coche más caro del mundo? Este título lo ostenta en la actualidad el «Lamborghini Veneno» , que cuesta tres millones de euros. Obviamente no sólo podríamos adquirirlo, sino que podríamos pagar hasta por más de 14.000 vehículos como este.

Vamos a ir más lejos, ¿podríamos comprar una nave espacial? Para hacernos una idea de lo que cuestan hemos tomado como referencia los tres célebres transbordadores espaciales que puso a la venta la NASA. Endeavour, Atlantis y Discovery costaban cada uno 42 millones de dólares (9.234.000 euros). Pues bien, con nuestros 43.000 millones podríamos adquirir más de 4.500 naves como estas tres.

Adentrémonos en el mundo de las casas o, mejor dicho, de las mansiones y espacios excluisvos. ¿Qué podríamos adquirir con esa suma de dinero? Una opción podría ser sin problema un apartamento situado en el parisino Musée d'Orsay, con cuatro dormitorios y 175 metros cuadrados, valorado en tres millones de euros. El gasto no supondría un gran golpe a la suma de dinero con la que estamos calculando por lo que, por ejemplo, también podríamos adquirir la reciente compra del emir de Qatar: seis islas griegas ubicadas en el mar Jónico por el precio de 8,5 millones de euros y, es más, seguiríamos pudiendo adquirir la isla más cara del mundo que, según la web «Private Islands Online», es la de Muchao da Poava, junto a Lisboa, que cuesta 240 millones de euros. La suma de estas tres opciones de «vivienda» nos da 251.500.000 de euros, por lo que aún nos seguirían sobrando más de cuatro mil millones de euros pese a tan contundente adquisición.