La valiente escaladora iraní que desafía a los ayatolás: el riesgo de competir sin hiyab

La valiente acción de la veterana deportista (33 años) se enmarca dentro de las protestas tras la muerte de la joven Marsha Amini, que fue asesinada el pasado 16 de septiembre a manos de la policía del país islámico por no llevar bien colocado el velo.

Elnaz Rekabi se presentó al torneo en Seúl con una cinta negra alrededor de su cabeza y una coleta que recogía su cabello oscuro, en contraste con su atuendo habitual hasta ahora, un velo negro que tapaba su pelo, como el de todas sus compatriotas obligadas por la ley del país. En la prueba de bloque la protagonista de la historia se clasificó en octava posición y en la modalidad de dificultad, novena. En el Mundial de Moscú de 2021 la escaladora iraní consiguió la medalla de bronce en la combinada, consecuencia de sus resultados en bloque, dificultad y velocidad.

Rekabi empezó a practicar escalada en 2001 por el espejo de su hermano, que se había proclamado subcampeón asiático. Adquirió reconocida fama como escaladora en el ámbito asiático y ha competido con éxito a lo largo de los últimos años. Sus mejores clasificaciones son la mencionada medalla de bronce en conjunto durante los Mundiales de 2021 y el subcampeonato asiático de 2013. También logró el bronce en dicha competición en 2014 y 2016. En escalada deportiva, la deportista iraní se colgó la medalla de oro en la Copa de Asia de 2017.

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Elnaz Rekabi se había expresado en una entrevista en Euronews sobre las dificultades que acarrea llevar un velo en un deporte como la escalada. «Las otras escaladoras se preguntaban por qué dentro de la sala de entrenamiento, con el calor que hace, había alguien con un pañuelo y un vestido largo. La verdad es que cuando las temperaturas son altas el hiyab se convierte en un problema. En los torneos intentamos diseñar nosotras mismas los trajes. Tratamos de combinar el hiyab con el deporte de alto nivel».

Esta decisión de la atleta podría suponer graves consecuencias para ella, más aún teniendo en cuenta la violencia represiva que se ha podido apreciar este pasado mes a lo largo y ancho del país islámico.

El uso obligatorio del velo para las mujeres iraníes data de 1983, a raíz de que el ayatolá Jomeini declarase que sin esta prenda las mujeres estaban desnudas. Desde entonces, el Código Penal de la República Islámica determina que aquellas mujeres que no se cubran con esta prenda en público deberán enfrentarse a multas y penas de prisión.

Pero algo puede haber cambiado después de la muerte de Amini el pasado 16 de septiembre. Fue detenida durante tres días antes de su fallecimiento por la policía de la moral por no llevar el velo bien colocado en Teherán. A lo largo de las últimas semanas se han sucedido las manifestaciones en el país, gobernado con puño de hierro por los ayatolás, reclamando una mayor libertad y más derechos para las mujeres. El régimen islámico no ha dudado a la hora de usar la fuerza. Los muertos por la represión de las protestas superan las doscientas personas.

El apoyo a las mujeres iraníes ha traspasado las fronteras. Desde la muerte de Amini se ha desatado una campaña de solidaridad a nivel mundial que se ha reflejado en el gesto de muchas mujeres al cortarse un mechón de pelo.