Un Wimbledon desde Mallorca

Nadal celebra enormemente que durante esta semana se celebre el Mallorca Open, un torneo de hierba del circuito femenino que tiene como director a su tío Toni. Como no se ha desplazado a Gran Bretaña para probarse en Queens, el campeón de quince grandes tiene justo lo que necesita a tiro de piedra, pues el mencionado evento se celebra en Calviá, que está a unos 70 kilómetros de Manacor (una hora aproximadamente en coche). Y ayer, tras un respiro de una semana, el zurdo regresó a la rutina de la raqueta y los entrenamientos, recordando cómo era aquello de jugar en hierba.

Lo hizo bajo la supervisión del tío Toni y de Carlos Moyá, que se juntó con un sparring –un alumno de su academia– para que Nadal moviera la bola de lado a lado, como le gusta para cambiar direcciones. Experimentó con la volea –golpe decisivo en hierba–, entrenó tiros más rápidos y restó servicios de Moyá sobre la línea de fondo, avanzando sensiblemente la posición si se toma como referencia la manera de proceder en tierra batida. Wimbledon, es sabido, no tiene nada que ver con Roland Garros, así que toca ajustar mecanismos para que en Londres se produzcan noticias tan agradables como las de París.

Será así durante toda la semana , planificada la agenda de este modo antes de viajar a Wimbledon. Las pistas de Mallorca, además, están homologadas por el All England Lawn Tennis Club, así que Nadal se encontrará con una hierba muy similar en Inglaterra. Antes de que empiece el tercer grande del curso (3 de julio), eso sí, está previsto que participe en alguna exhibición para probarse en una situación real de partido.

El mallorquín se ha visto tan bien en este primer semestre de la temporada que se ve con opciones de pelear por el tercer Grand Slam del curso. Le avalan las tres finales en cemento (Australia, Acapulco y Miami) y el empacho de títulos en arcilla (Montecarlo, Barcelona, Mutua Madrid Open y Roland Garros). Falta por ver cómo responden las rodillas , que son las articulaciones que más sufren en el pasto, y superar las trampas de las primeras rondas. A partir de ahí, Nadal se considera capaz de todo, campeón ya en dos ocasiones en la catedral del tenis.