Djokovic reina en Madrid

No hay mucho que contar del primer set porque el partido es un monólogo, por momentos aburrido ya que no hay ni debate ni opción a réplica. Desde el inicio, Djokovic pone la directa y maltrata al escocés, defensor del título y que había completado una semana de nota. Sin ir más lejos, Murray frenó en seco a Nadal y antes se lució contra Berdych , pinceladas para entender que está en un momento óptimo. Con Djokovic, sin embargo, casi que se necesita un milagro para optar a algo ya que apenas ofrece debilidades.

El serbio tiene saque, derecha, revés, variedad de golpes, piernas, capacidad para defender, agilidad felina, reflejos y todo lo que se le puede pedir a un jugador de elite. Nada más empezar, se benefició del lento despertar de Murray y rompió en el primer juego, golpe del que su rival no se levantó. En un periquete, y después de otro quiebre en el quinto, el balcánico ya se había apuntado la manga inicial con la sensación de no haber necesitado nada del otro mundo. Así están las cosas hoy en día.

Murray, todo hay que decirlo, tampoco tuvo su mejor prólogo, perdido en un mar de errores y sin recursos para entender los golpes de Djokovic. Llegados a este punto, al británico hay que reconocerle cierta capacidad de reacción en el segundo capítulo, encendido con sus propios gritos y aliviado porque por un momento se creyó que había partido. Se puso con 4-1 a favor, un break de ventaja que significaba mucho, y celebraba cada punto como si fuera el último, necesitado de autoestima después del meneo. Empezó a afinar con su saque (cuatro aces en el segundo set y buen porcentaje de puntos ganados con el primero), trasladó las dudas al otro lado de la pista y se vio con vida cuando parecía sentenciado. Y quizá ese fue el problema de Djokovic, tan superior que daba por hecho un triunfo fácil visto lo visto y se fue inexplicablemente durante unos minutos.

Le salió caro ya que tuvo que remar desde la adversidad para apuntarse otra portada. Tensó el rostro, empezó con el repertorio de muecas y de su propio enfado rescató al tenista del principio, proyectado por un temprano break que le alimentaba la esperanza. Sin embargo, perdió la ventaja con una doble falta y de nuevo se equilibraban las fuerzas con el enésimo renacer de Murray. Todo muy raro, imprevisible el desenlace.

Y se ensalza a Djokovic por un par de líneas en momentos cruciales, especialmente decisiva la que se jugó para romper el saque del escocés en el sexto juego. Pese a desperdiciar la primera bola de campeonato que tuvo con 5-2, el balcánico resolvió después con su servicio en un epílogo interminable, pues tuvo que levantar un 0-40 en contra y cuatro pelotas más de rotura. En una final con más emoción que nivel, Djokovic redondeó unos días magníficos en la Caja Mágica, que ya ha olvidado los enredos del pasado y reconoce el mérito del genio.

Como de costumbre, una catarata de datos para digerir, pues se vuelve a colocar como el tenista con más Másters 1000 de la historia ya que tiene 29, uno más que Rafa Nadal . Son en lo que va de curso 33 triunfos en 35 partidos y el 23 de mayo sumará 200 semanas como número uno. Y a los títulos de Doha, Australia, Indian Wells y Miami añade ahora el de Madrid, tierra únicamente conquistada en 2011. Djokovic va para largo.

La Caja Mágica despide con un duelo de titanes el Mutua Madrid Open 2016 . La gran final se juega hoy a las 18.30 horas en el Estadio Manolo Santana. En ella, medirán sus fuerzas el número uno del mundo, Novak Djokovic , y el segundo mejor situado en el ranking, el escocés Andy Murray .

El serbio parte como favorito, pero, con el juego que ha desplegado hasta el momento el tenista de Dunblane, se prevé un partido intenso e igualado. Antes, a las 15.30, se juega la final de dobles que enfrenta a la pareja formada por Jean-Julen Rojen y Horia Tecau contra los cabezas de serie número seis, Rohan Bopanna y Florin Mergea.

Murray busca revalidar el título que ya logró el año pasado en la arcilla madrileña, y se impuso a Rafa Nadal ayer en dos mangas (7-5 y 6-4) en un partido muy abierto y disputado. «El primer set ha sido justo, pero en el segundo he imprimido un ritmo más alto, con un juego más agresivo y he jugado con suficiente nivel como para llevármelo», comentó Nadal. Con la humildad que le caracteriza, el español reconoció la superioridad de su rival en los puntos más decisivos del encuentro: «Ha jugado mejor que yo y le felicito» . El siguiente torneo que le espera al campeón de 14 grandes es el de Roma y, a continuación, Roland Garros, del que ya sabe lo que es morder su trofeo hasta en nueve ocasiones. Con todo, el balear ha recuperado las buenas sensaciones para afrontar con muchas opciones el evento italiano: «Me voy bien, he hecho una semana positiva, consiguiendo llegar a otra semifinal de Master 1.000 y, sobre todo, creo que estuve mentalmente muy bien».

Murray todavía no ha levantado ningún título esta temporada, aunque con el juego que ha estado desplegando durante toda la competición está a un paso de conseguirlo. Apoyado en un revés prodigioso, continúa con un ascenso imparable en su nivel sobre el polvo de ladrillo. Ese que antes se le atragantaba. Demuestra así que ya es un especialista también en esta superficie . El número dos del mundo ha recuperado la seguridad sobre la arcilla en el momento más oportuno: «Es un placer para mí jugar en la tierra batida de Madrid y tengo mucha confianza para jugar la final» . Por si el partido no tuviera ya alicientes suficientes, Murray, que tiene muy cerca a Roger Federer en la clasificación, está obligado a vencer en la Caja Mágica si quiere seguir en el segundo cajón del podio.

Ayer, Novak Djokovic sufrió en la segunda manga frente a un Kei Nishikori que remontó y le apretó hasta el final del duelo, aunque finalmente el serbio venció por 6-3 y 7-6 (4). Hoy se va a encontrar a un Murray que está imponiendo un ritmo muy agresivo en sus partidos y asumiendo sus batallas con un servicio impecable y efectivo. Pese a todo, Djokovic está cuajando una temporada estratosférica y encadena una racha de 32 victorias por 2 derrotas. La bestia ha regresado . A lo largo de la semana, y también en el encuentro de anoche frente al japonés, quedó patente que el tropiezo en la primera ronda de Montecarlo frente al checo Jiri Vesely fue un accidente y ya forma parte del pasado. Djokovic afronta la final con cuatro títulos a sus espaldas esta temporada (Doha, el Abierto de Australia, Indian Wells y Miami) y tiene la oportunidad de escribir su nombre en el palmarés de Madrid por segunda vez.

El líder de la ATP comentó ayer que se encuentra «muy motivado» para ganar el último partido. Y, aunque opina que su rival «ha mejorado mucho en tierra y ganó a Nadal ayer con lo difícil que es conseguirlo» , el serbio está «físicamente muy bien». Ambos jugadores están preparados para librar una dura batalla que, en palabras de Djokovic, «va a ser una gran final y los primeros juegos del partido pueden ser cruciales». El balcánico domina 22-9 en el cara a cara, con tres triunfos de tres en tierra.

Hoy termina la competición y se despide hasta el año que viene, que será la décimosexta edición del Mutua Madrid Open . Desde luego que esta ha sido magnífica.