Guía básica para seguir las semifinales de Roland Garros

Le espera Andy Murray, un competidor al alza que lleva 15 victorias consecutivas en tierra. Parecía que tenía alergia a esta superficie y en 2015 ha vencido en Múnich y en el Mutua Madrid Open, dos buenos trofeos que le conceden confianza. Además, demostró en su duelo contra David Ferrer que tiene recursos, aunque quizá no le valen contra Djokovic.

Más que nada porque el serbio es dueño y señor de todas las situaciones. Controla al escocés por 18-8 en el cara a cara, aunque únicamente se han enfrentado dos veces en arcilla. Y también se impuso el número uno, que lleva siete triunfos seguidos ante su rival de este sábado. Está que se sale.

Djokovic, que no pierde desde hace 26 tardes, se siente superior y liberado desde que dejó a Nadal fuera de su vista. Le faltaba ese reto y firmó una historia magnífica en la sobremesa del miércoles, un 3 de junio para la historia. Murray, por su parte, afronta su tercera semifinal en París sin nada que perder.

Y el público francés no sabe dónde centrar su atención. Después de tantos años de Nadal mordiendo la Copa de los Mosqueteros, se han entregado a Djokovic como el sucesor, pero el tema es que sigue en liza Jo-Wilfried Tsonga. Es el ídolo local al que le persigue el fantasma del pasado.

Desde 1983, con Yannick Noah, no hay un tenista francés que gana en Roland Garros. Henri Leconte, en 1988, fue el último finalista y desde entonces una interminable travesía por el desierto. Tsonga alza el brazo, pero tiene un pulso durísimo contra Stanislas Wawrinka, un peligro si mantiene este estado de forma.

En los precedentes, tres victorias por barba con cinco encuentros en arcilla. El suizo, que eliminó a Roger Federer , partiría con cierto favoritismo, encantado con ese rol secundario, pero Tsonga tiene mucho que decir. Está en su tierra, está en París.