Copa Davis
España, sin margen
La selección de Moyá está a un punto de perder la categoría en Brasil. Bautista abre el fuego ante Bellucci y luego jugaría Andújar contra Dutra Silva
España, sin margen
A esta España «B» ya no le quedan comodines, tan cerca del precipicio que da miedo. La selección de Carlos Moyá llega al domingo con un inquietante 2-1, factible la perdida de la categoría en el Grupo Mundial de la Copa Davis. La última ... vez que se bajó fue en 1995, pero España aún cree y tiene motivos para ello, entregada a Roberto Bautista y a Pablo Andújar.
Después de la derrota en el dobles , sin opciones el tándem formado por Marc López y David Marrero , el combinado nacional debe sumar los dos puntos para revertir la situación. Y no se puede pensar más allá del primero, que enfrenta a Roberto Bautista ante Thomaz Bellucci (19 horas, TDP). Duelo de pasión en la tierra de Sao Paulo, que poco a poco enciende a su gente y anima las gradas.
Bautista lo hizo muy bien en la jornada inaugural , líder natural ante la falta de referencias de esta España. Atropelló a Dutra Silva y se gustó en todos los sentidos, tan convincente y seguro que enlazó once juegos para empezar. No necesitó más de una hora y media para adelantar a España y su buen estado anima a Carlos Moyá, que tiene confianza ciega en él.
Todo pasa por esa batalla y Andújar espera su momento para reconciliarse. En su debut, dejó escapar dos sets de ventaja ante Belllucci y desperdició una pelota de partido en el cuarto set , muy doloroso el golpe después de cuatro horas de entrega y sacrificio. No hay reproches en su derrota, pero se pasó del 2-0, casi definitivo, a un molesto 1-1.
Sería dramático el descenso para un equipo que lo ha ganado todo. Desde que se destapó en diciembre de 2000, hay cinco Ensaladeras con el nombre de España, que sin embargo vive demasiado de la participación de sus héroes. No están Rafa Nadal ni David Ferrer, ausentes también en primera ronda ante Alemania, y evidentemente el grupo se debilita. Pero hay recursos y de ellos tira Moyá, que no quiere pensar en el desastre. Hay vida.
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