Copa Davis
España se complica la vida
Pablo Andújar desaprovecha dos sets y una pelota de partido y permite al brasileño Bellucci nivelar la serie por la permanencia (3-6, 6-7 (6), 6-4, 7-5 y 6-3)
Enrique Yunta
España, casi sin quererlo, se complica la vida en su eliminatoria por la permanencia en el Grupo Mundial de la Copa Davis. Parecía un viernes fantástico en Sao Paulo y acabó de mala manera, penalizada la selección de Carlos Moyá porque rozó el 2-0 ... y cierra el día con un peligroso 1-1 ante Brasil.
Arrasó Roberto Bautista a Rogerio Dutra Silva , pero luego se le escapó la gloria a Pablo Andújar cuando estuvo a un centímetro. Llegó a dominar con dos sets de ventaja a Thomaz Bellucci y tuvo pelota de partido en el cuarto, pero perdió en cinco sets(3-6, 6-7 (6), 6-4, 7-5 y 6-3 en cuatro horas y dos minutos) y deja la serie tremendamente abierta. En el dobles del sábado, que mide a la pareja Melo-Soares con el tándem López-Marrero, España se la juega.
Duele la derrota de Andújar por el cómo, tan cerca de la meta que aún no se lo explica. Tenía totalmente controlada la situación, había complicidad en sus miradas con Carlos Moyá y terminó desquiciado porque se le escurrió cuando nadie lo esperaba, ni siquiera la hinchada local.
El segundo pulso tuvo muchísima más historia que el primero. Acudió un poco más de gente al gimnasio de Sao Paulo (tampoco se puede decir que hubiera un ambientazo, aunque se caldeó a partir de una decisión controvertida del árbitro) y Bellucci ofreció pelea, un jugador peligroso al que el ránking no le hace justicia. El zurdo aparece en la posición 83 de la ATP (llegó a ser 21 en 2010) y tiene mucho talento, minado por la falta continuidad y criterio a la hora de utilizar sus recursos. Esta vez, sin embargo, encontró recompensa en un soberbio ejercicio de amor propio. [En directo, Bellucci-Andújar]
Bellucci empezó mejor que Andújar, al que le costaba cerrar los primeros juegos con su saque. Sin embargo, el español fue ganando en confianza y, una vez rompió en el cuarto juego, se afianzó y voló para apuntarse la manga inicial. Serio, con cara de ganador, el conquense respondió a lo que le pedía Moyá desde el banco.
Andújar, que llegaba a la cita con alguna molestia y se sumó al equipo a última hora por la lesión de Marcel Granollers, se enredó al empezar la segunda manga, pero supo corregirse desde la adversidad. Del 2-0 y 30-0 de Bellucci se pasó al 4-2 para el español, un giro que le puso en situación de privilegio. Tuvo pelota de set con 5-3 y ahí se apagó, dando alas a un enemigo que parecía sentenciado. Se oxigenó cuando le faltaba el aire y de repente fue él quien dispuso, en el undécimo juego, de tres opciones para nivelar el partido (0-40).
Fue un desenlace rarísimo para un parcial inesperado. Se necesitó un tie break en el que tampoco hubo demasiada lógica, pero lo ganó Andújar para dejar prácticamente visto para sentencia el punto, de ahí el dolor que supone la derrota. Cerró el puño y gritó con rabia porque había sido capaz de imponerse después de una importante pájara, pero no sería la única.
Volvió a las tinieblas al inicio del tercero. Perdió su saque nada más empezar y jamás recuperaría ese break, fallón e irregular, castigado por sus propios errores. Andújar buscaba complicidad en las miradas de sus compañeros y no encontraba respuesta, así que decidió tomarse un respiro y visitar los vestuarios cuando la situación se puso fea.
Fue un partido deslucido pese a la emoción del marcador. Dominaba Andújar en el resultado, pero no en las sensaciones ni en el juego, rescatada la esencia de la Davis a partir de una jugada muy polémica. Con pelota de break a favor de Bellucci en el quinto juego, Andújar cometió doble falta, aunque el árbitro obligó a repetir el punto al considerar que el brasileño se movió con la intención de distraer al rival cuando sacaba. Tensión y nervios disparados en ambos bandos.
Ahí el público ya se había despertado hasta el extremo de que el capitán local (Joao Zwetsch) tuvo que pedir calma, por fin un poco de pasión. Y a partir de esa circunstancia, Andújar retomó el camino y pasó a comportarse como antes, bien con el saque, solvente desde el fondo y animado con las dejadas.
En esa progresión se acercó tanto a la victoria que tuvo una pelota de partido con 5-4 y estuvo a un milímetro de levantar los brazos. Se la jugó Bellucci y le salió a las mil maravillas, salvado por la campana cuando nadie creía en él. Todo por decidir en un quinto set angustioso.
Empezó de la peor manera para Andújar, al que ya de por sí le pesaba en el alma el hecho de no haber resuelto cuando pudo. Bellucci hizo break y consolidó, todo de cara para dar sentido a la serie, y el duelo se volvió loco del todo cuando el español recuperó la desventaja y la desperdició de inmediato. Esta vez sí que el líder local aprovechó la gentileza para dejar todo empatado (1-1) tras cuatro horas y un minuto.
España se complica la vida
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