Tsonga conquista Canadá

Un minuto y medio duraban los juegos de Roger Federer , apenas dos los de Jo-Wilfried Tsonga . Era la batalla del saque, inútiles el resto de golpes porque la potencia de ambos sacadores se hizo evidente en un primer set que apuntaba hacia la muerte súbita. Sin embargo, el suizo se desestabilizó en la lucha por su título número 80 y cedió su servicio. El francés, infranqueable en sus juegos, atacó a su oponente y consiguió que el primer set se fuera para su banquillo evitando un tie break que casi siempre tiene más de lotería que de estrategia.

Continuó la tónica en el segundo parcial, aunque Federer tuvo que salvar una bola de break en el sexto juego y otras cuatro en el octavo. Demasiada presión para el suizo que terminó desesperado con su servicio y con su juego. Lo había hecho muy bien hasta este día en el que sus derechas no respondieron y solo en la red pudo mantenerse centrado y solventar un partido que se le ponía cuesta arriba por momentos.

No era el día del suizo, atascado con sus derechas en sus juegos, incapaz de hacer daño al resto. Salvó una bola de partido en el décimo juego, pero ni siquiera el ímpetu por lograrlo variaron un ápice su gesto contrariado, su ensimismamiento en los errores pasados. Si en el inicio del partido apenas gastaba un minuto en medio en ganarlo, este llegó hasta los siete minutos. Al otro lado de la red, Tsonga solo tuvo que esperar el apagón definitivo de Federer. Continuó acosando a su rival: desde el resto con el saque, moviéndose en el fondo de la pista, esperando el error final.

Hasta el sudor parecía molestar al de Basilea. Se cambió la camiseta para mantenerse en el partido, provocó el tie break en el segundo set, pero volvió a ganar el saque. Tsonga no cedió y él sí. Solo un break en la muerte súbita provocó que el francés tuviera hasta tres bolas de partido. Le bastó un para conquistar su segundo Masters 1.000 en su carrera. Baile por la pista para celebrar un triunfo fantástico que le recompensa por una semana aún mayor.