Federer, sin pausa hasta la final

Le pesó a Milos Raonic la presión en el primer juego del partido. Con su servicio, concedió la primera rotura para que el set, aburrido por la falta de juego, se marchara por rutina para Federer . Solo hubo que aguantar cada uno su servicio, algo en lo que los dos son expertos. Sin brillantez, pero con eficacia el suizo levantó solo una bola de break en algo más de media hora que duró el parcial.

No cometió el mismo error Raonic en la segunda manga. Y todo estaba encaminado hacia el tie break porque apenas se disputaban los puntos. El saque lideraba hasta que el noveno juego, al canadiense le volvió a temblar la mano con su servicio. Cometió una doble falta y no le entró ningún primero, lo que brindó a Federer la oportunidad de presionar con el resto. Se encontró con un 0-40 a favor y solo permitió a Raonic levantar la primera opción. A la segunda cerró el puño porque significaba ganar también la segunda manga. El saque lideraba un partido que no tuvo juego.

La misma historia se repitió en el tercero. Muy seguros los dos en los primeros juegos, el noveno fue definitivo. Otra vez el temblor en la mano de Raonic, la presión que le hace cometer tres fallos consecutivos con su servicio y solo pudo retener una bola de break en contra. Federer se sentaba otra vez con el puño cerrado, a un juego de otra final. Apenas se dejó uno de los puntos por demasiada confianza en el remate de una volea de derechas. El suizo se gana otra final, la última, en 2012, se llevó el título . El último escollo para su octavo Wimbledon será Novak Djokovic .