Masters 1.000 de canadá
Federer, demasiado para Feliciano López
El número tres del mundo aparta al español del sueño de jugar su primera final de Masters 1.000

El sueño de Feliciano López se dio de bruces con un muro suizo. Roger Federer fue demasiado para el jugador toledano, que se encontró nervioso, fallón, impreciso en las semifinales del Masters 1.000 de Toronto. En el peor momento, se olvidó del tenis que había desplegado en el torneo , ante uno que no perdona.
Federer se permitió dos juegos de calentamiento. Después pasó como una apisonadora por encima de Feliciano para volver a vencerlo. Por undécima vez, tantas como se han visto en la pista. El español se vuelve pequeño con el suizo enfrente. Sus 188 centímentros se convierten en milímetros, también para sacar. Y sin saque, Feliciano es menos Feliciano.
Torpe para poner la bola en juego -solo un 36 por ciento de primeros en el set inicial-, el toledano caía por su propio peso mientras Federer presionaba en cada golpe. El español se enfrentaba continuamente a bolas de break -diez en la primera manga-, algo a lo que ya se había acostumbrado en lo que llevaba de torneo. Había salvado 27 oportunidades de rotura hasta las semifinales, pero al suizo le bastó con aprovechar una.
Con el marcador en contra, el español parecía más cómodo. Soltó el brazo, pero enfrente estaba Federer, que respondió con su repertorio habitual. Derechas, reveses... y hasta «willys». Todo para minar la moral de un Feliciano que ponía ganas pero que se deshacía con su saque, regalando dobles faltas. Era la única forma de evitar la presión del suizo con el segundo servicio, pero también la manera de ceder el primer set. 6-3 y a remar a contracorriente.
La segunda manga no empezó por mejor camino. Dos dobles terminaban de matar a Feliciano, que se veía de nuevo por detrás en el marcador. Todo a favor de Federer. Situación idílica para el suizo, con un set en el bolsillo y un break por delante para afrontar una nueva final en su carrera. Solo faltaba rematarlo y el suizo no falló.
No sería por empeño de Feliciano, que siguió poniendo más ganas que tenis. Con buenos golpes, pero demasiado esporádicos y contrarrestados con errores no forzados. El número tres mundial caminaba con paso firme, incluso relajado, sin apenas oposición, con el francés Jo-Wilfried Tsonga ya en la mente.
Él será su rival en la final del domingo, tras vencer al búlgaro Grigor Dimitrov en la semifinal (6-4, 6-3), el que intentará evitar que el suizo levante el título número 80 de su carrera. Feliciano no pudo impedirlo. Federer fue demasiado para él.
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