Wimbledon
Djokovic, a un partido del número 1
El serbio supera a Dimitrov en un partido muy intenso y alcanza su segunda final consecutiva de la que podría salir líder de la ATP
l. m.
Novak Djokovic y Grigor Dimitrov tendidos sobre el cada vez menos verde de la pista central de Wimbledon. Así terminan un punto, exhaustos pero alargados sus cuerpos hasta el límite para que la pelota no terminara en su campo. Así de intensa fue la batalla ... en la que hubo saques directos, voleas agónicas, caídas y gritos de ánimo y frustración a partes iguales. Al final la experiencia pesó más que la frescura y Djokovic se gana la segunda final consecutiva. No le gustó morder el polvo ante Andy Murray y busca el triunfo que, de regalo, irá con el número 1 del mundo. [Narración y estadísticas del Djokovic contra Dimitrov en directo ]
El serbio logró un tempranero break que presagiaba un cómodo partido. La presión pudo con Dimitrov , en su primera semifinal de un grande. Pero se le acabaron los nervios cuando vio que su tenis podía jugarle de tú a tú contra el de Djokovic. El punto de inflexión casi lo encuentra demasiado tarde, pues ya el segundo set caía del lado del serbio por 3-1. Dimitrov, fuerza, voluntad, alegría y servicios impecables, le dio la vuelta al marcador y se sentó con el segundo parcial amarrado. Todo volvía a empezar. Pero los músculos ya estaban trabajados y la presión ya no solo estaba en la raqueta del joven. Los gestos torcidos volvieron al serbio, como siempre que las cosas no le funcionan como quieren. Dimitrov terminó la segunda manga con la impresión de que podría hacer mucho daño al número 2 del mundo.
Lo certificó en el tercer parcial en el que nadie cedía un milímetro porque un punto podía decidir el mayor de los premios y la mayor de las decepciones. Por eso el tie break fue el final más justo a la tremenda batalla de golpes en la que se convirtió la tercera manga. Allí la experiencia dio un paso al frente y Dimitrov vio esfumarse sus opciones de ponerse por delante en el marcador. Lejos de venirse abajo, comenzó el cuarto set lleno de optimismo. Ya no tenía nada que perder y sí todo para hacerse la estrella del futuro hoy. La lucha recuperó su punto más álgido y también la muerte súbita evidenció que la victoria sería caprichosa. Tanto, que Dimitrov tuvo hasta cuatro pelotas para alargar el encuentro hasta un quinto set, pero fue Djokovic , otra vez la experiencia en estas citas tan grandes, el que confirmó que sus gestos eran una máscara y que está más vivo que nunca. Ganó en 2011, demasiado tiempo sin levantar el trofeo en Wimbledon. Va en su busca y, de paso, hacia el número 1 del mundo. «Grigor es una estrella del futuro. Me lo ha hecho pasar mal, ha sido genial jugar un partido tan entretenido y es fantástico llegar a otra final», afirmaba el serbio tras el encuentro.
Djokovic, a un partido del número 1
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