Nadal hace de maestro con Lajovic

Desonocido para el gran público, el serbio y número 83 del mundo, aseguró que no tenía nada que perder y que saldría a la central de París liviano de presión. Así lo hizo, pero se encontró con un Nadal que no quiere sorpresas. A pesar de las molestias y la precaución con la que sacó —36 % de primeros servicios en el primer set—, el número 1 del mundo consiguió la efectividad plena. Tampoco mejoró mucho su porcentaje de primeros en el segundo set —40 %— y continuó avasallando al serbio, que no veía forma de salir de aquel torbellino. Si en los anteriores partidos llegó a 165 kilómetros por hora en el primero y de 135 en el segundo, hoy subió a 174 y 140 respectivamente. «Incluso sin saque, Nadal puede plantar cara a cualquiera», avisaba Fernando Verdasco. Y es así, porque a Nadal le sobran recursos para batir a casi todos.

Solo 23 juegos ha cedido el balear en este Roland Garros que aspira a ganar por novena vez y quinta consecutiva. Porque Lajovic no le inquietó nunca, demasiado nervioso para la ocasión y para el rival, que solo se permitió bajar el nivel cuando sacaba para ganar el partido. Cedió su saque, pero al resto, Nadal ya se quitaba la cinta del pelo para saludar a un joven tenista de 23 años que se llevó la lección de su vida. «Estoy contento de haber jugador sin cometer muchas faltas y controlando el juego. Mi juego está mejorando y tengo un partido importante contra Ferrer».

Es su triunfo 63 en la arena de París, el que más, y reeditará en cuartos la final del año pasado con David Ferrer , que ganó a Anderson por 6-3, 6-3, 6-7 (5) y 6-1.