Copa Davis: Stepanek, héroe eterno de la República Checa

La final de la Davis tuvo un desenlace precioso, todo o nada en un partido de verdad. A Lajovic le llegó el momento de su vida, una raqueta sin galones al que le tocó más responsabilidad de la que puede asumir a estas alturas. Es el 117 del mundo y no contabiliza triunfos ante jugadores de nivel, un cero redondo en la casilla de victorias en torneos ATP en 2013. Lajovic, que tiene cosas muy interesantes, es jugador de challengers y se encontró en un estadio abarrotado pendiente de su gesta. Se quedó lejísimos de la hazaña.

Se llegó al quinto punto porque Novak Djokovic cumplió con el guión contra Tomas Berdych , pero al número uno de Serbia le fallaron sus escuderos. No han estado en la serie ni Janko Tipsarevic (lesionado) ni Viktor Troicki (sancionado) y el tándem Zimonjic-Bozoljac no dio la talla en el pulso de dobles. Todas las miradas se centraban, pues, en Lajovic, el joven Lajovic .

Su problema fue Stepanek, enorme a los 35 años , capaz de competir los tres días de la final y estar fresco hasta el último suspiro. Empezó perdiendo su saque, pero fue su única concesión, genial hasta que terminó en el suelo del Belgrado Arena. Un recital para culminar una carrera fantástica.

Es el 44 del mundo y el 9 en el circuito de dobles, pero se comporta como un número uno en este tipo de eventos . Stepanek es único, peculiar desde la vestimenta hasta su tenis . Adora la red, sube cada vez que ve un hueco y torturo al pobre Lajovic con un chaparrón de tenis. Fue insultantemente mejor, acostumbrado a estas citas de máxima audiencia.

A medida que Stepanek avanzaba, la grada perdía la euforia de estos días. Fue como un estadio de fútbol durante todo el fin de semana, pero enmudeció a la hora de la verdad, consciente el público serbio de las pocas posibilidades que tenía Lajovic. Después de perder el primer set por 6-3, vio cómo su rival se escapaba hasta el 4-0 en el segundo , golpe definitivo a la pelea.

El servicio de Lajovic fue un lastre para Serbia, demasiado tibio en los intercambios e incapaz de interpretar el desconcertante juego de Stepanek. El checo, en un periquete, se planta en la red y ahí es un maestro, muñeca de seda que volvió loco a su desbravado enemigo . Estaba escrito su nombre en otro domingo de gloria y presume de dos Ensaladeras del tirón, magnífico Stepanek.

De todos modos, Serbia no pierde la Davis por Lajovic , que hizo todo cuanto pudo. Serbia pierde porque su equipo no fue lo suficientemente competitivo y porque Djokovic descansó el sábado en el punto de dobles. El número dos del mundo ganó sus dos puntos individuales, pero no sirven de nada porque la final se decidía realmente en el partido por parejas. Ahí no estuvo Djokovic y sí Stepanek, el verdadero héroe.