Nadal, día 1 de la nueva era

El circuito, sin excepciones, ensalza la figura de Nadal, campeón en diez de los catorce torneos que ha competido. Es un día grande para él y su alzamiento, sin embargo, llega justo después de una derrota, la cuarta en toda la temporada y la segunda contra Djokovic. «No era el día para ganar» , resumió el balear, digno también cuando las cosas no van bien.

Ahora se mueve a Shanghái , en donde se estrenará, todavía sin que se sepa cuándo, contra el vencedor del duelo entre Alexandr Dolgopolov y Michael Rusell. Es una nueva oportunidad para que Nadal sume puntos ya que no defiende ninguno, todo lo contrario de lo que le sucede a Djokovic. El serbio es el vigente campeón y pone en juego los 1.000 puntos que logró en 2012.

Nadal y Djokovic están condenados a una preciosa batalla de aquí en adelante . Como Nadal no tiene nada que perder, incluso con el colchón que le concede el Abierto de Australia de 2014 porque este año no estuvo en Melbourne, se le presupone en las alturas durante una buena temporada, pero Djokovic lanza una amenaza. « El año no ha acabado para mí, lucharé hasta el final». En Pekín dio muestras de ello.

El nuevo número uno se mueve a partir de la ilusión, genial desde que regresó después de esos siete meses de lesión. Y sabe lo que se le viene encima, la dificultad de mantenerse después de haber llegado. «Voy a estar al frente del ránking durante unas semanas, y necesito jugar bien para intentar terminar como número uno del mundo al final de la temporada. Si no, no tendré esa oportunidad».

Nadal, y esta vez sí que habla con sinceridad, admite que jamás se hubiera pensado semejante éxito. «He vuelto al número uno, algo que pensaba que no iba a hacer nunca más . Si estoy aquí es para disfrutar ahora de la situación y recordar que estoy jugando una de las mejores temporadas de mi carrera y probablemente uno de los años más emotivos, si no el que más por muchas razones».

«Tengo un tremendo respeto y admiración por lo que ha hecho. También a mí me ha ayudado a ser más fuerte», le reconoce Djokovic, que se exhibió en Pekín y quiso demostrar que no todo está perdido. Fue mejor que Nadal de principio a fin y su victoria supone aire fresco. «He perdido importantes partidos contra Nadal, por eso significa mucho para mí ganarle . Me siento aliviado de alguna manera, y quiero continuar jugando al tenis así», comentó después de lograr su cuarto título del curso.

Van por caminos opuestos en Shanghái, uno de los pocos Masters 1.000 que no tiene Nadal , y sólo se verían las caras en la final. Es el destino de las dos mejores raquetas del momento, enfrentadas hasta en 38 ocasiones, emparejadas desde ya en una lucha sin cuartel por el dominio del planeta. Ahora manda Nadal, día 1 de su nueva era, la semana 103 como rey.