Tsonga, penúltimo escalón para Nadal

Nadal es consciente de que necesita encontrar su mejor versión porque el camino hacia el noveno Montecarlo se empina. Lo comprobó ante Dimitrov, a quien acabó derrotando gracias a su jerarquía, una cuestión de nombre. El español estuvo durante muchos momentos a remolque, pero al final pesa demasiado el pasado y también el presente. El de Montecarlo es suyo.

La quinta raqueta del mundo enlaza 45 victorias consecutivas en estas pistas, un récord asombroso. Es el primero de sus retos de aquí a Roland Garros, obligado a defender 4.590 puntos después de ganar en 2012 en Montecarlo, Barcelona, Roma y París. Mantiene intacta la ilusión, pero es consciente de que necesita más regularidad ante Tsonga, pues no se puede permitir una laguna como la que tuvo ante Dimitrov.

«He jugado un primer set fantástico, todo bien. Eso es muy positivo porque quiere decir que estoy capacitado para volver a hacerlo», explicó Nadal a pie de pista después de derrotar al búlgaro. «Pero es un poquito lógico, han sido muchos meses sin competir. Con los días confío en que irá mejorando», añade.

Tsonga es un oponente imprevisible, mucho más fiero en pista rápida seguramente. Francia suspira para que él les devuelva una sonrisa y más con Roland Garros a la vuelta de la esquina, prohibido para los locales desde que Yannick Noah ganase en 1983. En el cara a cara, Nadal domina 7-3 y el único precedente en arcilla se produjo en las semifinales de la Copa Davis de 2011. Nadal le destrozó en Córdoba por 6-0, 6-2 y 6-4.

«Es un reto increíble. Si gano, seré un héroe. Si pierdo, me iré a casa como cualquier otro», analiza Tsonga antes del duelo. «Jugar contra Tsonga las semifinales aquí va a ser muy difícil. Soy consciente que juego contra uno de los mejores y espero estar al 100%, sólo así tendré una opción de ganar», cuenta Nadal.

En la otra semifinal, que se jugará justo a continuación, Novak Djokovic se enfrenta al italiano Fabio Fognini.