¿Qué pasó con... Javier Ojeda?

Ahora está más con el golf...

Sí. Todas las mañanas hago pesas, golf y nado media hora. En Cartuja ha creado una Liga Miguel de la Torre, igual que ha hecho en el Zaudín Ricardo Fernández, y esto es digno de elogiar. Donde menos te lo esperas surgen personas que se entregan por los demás altruistamente.

Su vida está ligada al deporte.

El deporte es el mayor descubrimiento de mi vida. Lo practico y me da equilibrio. Se lo debo todo a la natación. Desde que fui a la Blume en Madrid, y ahí me hice un hombre. Empecé a estudiar Arquitectura, lo dejé y seguí en Educación Física.

¿Cómo llegó a la Blume?

Con agua fría en el Club Natación Sevilla, nadando todos los días. Aquí, con Lorenzo Muñoz, entrenábamos cuatro meses al año en piscina de agua de pozo, fría. Lorenzo me propuso ir a Madrid y me dieron la beca tras hacer 4.50 en 400 metros.

Fue catorce veces internacional.

Sí. Me retiré un poco pronto, con 21 años. Hice waterpolo, jugué mucho al baloncesto antes de la natación, también entrené al Club de Amigos del Baloncesto y empecé a trabajar cuando me vine de Madrid. Tuve mucho protagonismo en el Cross de Itálica, en el Meeting de Atletismo y enseñé a muchos niños a nadar en Sevilla. El deporte socializa mucho y crea grandes amigos, como Felipe del Valle, Manolo Carrera, Diego Rojas o María Laffite. Eso es lo más importante. También corrí maratones.

¿El de Sevilla?

Sí, los cuatro primeros. Empecé en los Maristas, haciendo baloncesto, pero entonces descubrí en la calle Trastamara la natación. Y cuando creí que lo había hecho todo, me dio por el aeróbic, que llevé por toda España. El mayor orgullo de mi vida es haber sido presidente del Club Natación Sevilla. El alcalde Juan Espadas me dio el premio de toda una vida dedicada al deporte en 2019.

¿Cómo era Lorenzo Muñoz?

Un hombre muy leído. Le costaba trabajo dormir y recuerdo que en algunos viajes seguía leyendo a las cuatro de la mañana. Tenía mucha cultura, conocimientos y un carácter fuerte. Nos quería a todos como a sus hijos. Era un gran trabajador y un gran amante del deporte. Fue el que fundó la Media de los Palacios. Inventaba cosas continuamente. Hacía temas de motos, caballos, hockey... Se fue a probar un Renault 5 por toda España. Era un adelantado. En los viajes a Madrid, en un 600, Javier Díaz, Fermín Alarcón y yo le cantábamos sevillanas para que no se durmiera. El amor por el deporte me lo inculcaron él y Felipe del Valle.

Hábleme de este último.

Felipe del Valle era otro crack. Compartí habitación con él en el INEF. Éramos amigos. A las seis de la mañana me levantaba de la cama y nos íbamos cinco a correr por la Casa de Campo todos los días diez o doce kilómetros. Era un amante del deporte y de Sevilla. Todo los fines de semana, tuviera o no dinero, se venía a Sevilla, a respirar y ver Sevilla, a ver a sus amigos. En Chapina lo quería todo el mundo. Inculcó a todos el deporte en vena. En el mundo del fitness, del atletismo y el rugby, ha sido lo máximo.