¿Qué pasó con... Andrés Jiménez?

¿Hace mucho tiempo que no viene a Carmona?

Fui hace unos meses y, antes, en el verano de 2019. Cada dos veranos sí que acostumbro a darme una vuelta para saludar a la familia y los conocidos que aún me quedan.

¿Es cierto que hizo la comunión con seis años?

Sí, es así. Todo esto comenzó con la Operación Altura, a la que me apunté con trece años. Medía ya 1,97. Con seis años parecía el padre de todos mis amigos, incluso de los mayores. A mi madre le costó mucho encontrarme unos zapatos de comunión a medida porque en aquella época no había gente tan alta siendo tan pequeño.

¿Alguna imagen concreta, por especial o nostálgica, de Los Ángeles'84?

Cuando nos colgaron la medalla de plata. De juego, muchas, porque me sentí muy cómodo. Me lo pasé muy bien. Eran los primeros Juegos de mi vida y tuvimos un éxito asombroso. Todos son buenos recuerdos.

Ante Estados Unidos fue el máximo anotador español en 1984 y 1992.

De la misma manera que los Juegos de Los Ángeles fueron un gran éxito para el baloncesto, los de Barcelona no, pero también tengo de ellos un gran recuerdo porque yo llevaba un año y tres meses sin jugar por una lesión. Y tuve riesgo no sólo de no poder volver a jugar al baloncesto sino de quedarme cojo. Superar todo eso, sentir que podía estar bien... para mí fue un premio tras casi año y medio de sacrificio.

¿No tuvo nunca ninguna tentativa de la NBA?

Siempre he dicho que los componentes de aquella selección habrían podido jugar en la NBA aunque sin ser estrellas como lo ha sido luego Pau Gasol. Entonces no había ojeadores de la NBA que vinieran a España ni sabían en Estados Unidos qué baloncesto se hacía aquí. Unos años antes de la lesión moví hilos por curiosidad y el entrenador de los Atlanta Hawks, Mike Fratello, me dio la posibilidad de asistir a un campus de verano, pero hubo huelga de jugadores y lo suspendieron. Yo acababa contrato y tenía que decidir si esperaba a que aquello se reanudara o renovaba con el Barcelona, la vía más segura, por la que lo opté.

A Aíto García Reneses lo tuvo de entrenador muchos años.

Sí, exceptuando la selección, un año en el Joventut y en el Barcelona dos con Maljkovic y otro con Manel Comas. El resto, sí, siempre hemos coincidido. Tuve mucha suerte de recalar en el Cotonificio porque Aíto siempre se ha destacado como un entrenador muy hábil para formar a los jóvenes y darles oportunidades. Eso me favoreció mucho.

¿El mejor que ha visto jugar ha sido Jordan?

He visto muchos buenos jugadores. Jordan lo era, muy bueno, pero otro excelente era Toki Kukoc, un jugador espectacular que con sus casi 2,10 podía subir la pelota como un base, irse hacia dentro...Tuvimos la mala suerte de tener a la Jugoplastika delante, que fue nuestra bestia negra en el Barcelona en aquella época.

Cuénteme lo de la Titan Desert.

La hice dos años seguidos y es muy duro. Me gusta el ciclismo y he sido un machaca para entrenar, pero preparar la Titan Desert para un tío de 2,06 que, estando bien de peso, no va a bajar de 105 kilos... fue muy duro. Es una bonita experiencia, interesante, pero muy dura en pleno desierto. La primera vez que la hice, cuando regresé, pesaba 95 kilos, que no los tenía desde los quince años. Me quedé como un palillo.