Una lucha titánica con final cruel para el Corteva Cocos (22-20)

Los precedentes de los dos duelos ligueros anteriores invitaban a pensar que sería un partido muy competido, de una brutal exigencia física y un tremendo desgaste en cada ataque. En el que cada error se penalizaría. Y en este sentido, el primer tiempo no defraudó esas expectativas. Se ajustó al guion prestablecido. Se acumularon las melés y hubo pocas oportunidades para que brillara el juego a la mano de ninguno de los dos equipos. Se imponían las defensas, sobre todo la del Complutense Cisneros , que cerró todos los pestillos en su zona de marca para neutralizar la potencia del paquete de delanteras de las Cocos , que fiel a su estilo no dejó de insistir, percutir y acumular una y otra fase en cada acometida buscando la transformación y que esa teórica superioridad física se materializara también en el marcador.

Las verdinegras se estrenaron con un golpe de castigo de Lea Ducher (0-3, m. 16) y ocho minutos después replicaría el Cisneros, el denominado equipo azul-azul, con la marca de Marina Bravo (5-3, m. 24) que las madrileñas no consiguieron transformar al errar con el puntapié a la H de las sevillanas. A partir de ese momento, el Corteva Cocos se hizo con los mandos del partido y no cejó en su empeño de posar el oval en la línea de marca del Cisneros , pero las locales se defendieron como gato panza arriba, nivelando el despliegue físico hispalense y salvando situaciones que parecían irremisibles. En uno de los ataques sufrió el Corteva la lesión de Margarita Rodríguez. El partido estuvo parado unos minutos para que la cocodrila recibiera atención médica y pudiera continuar con un vendaje en la rodilla.

Tras el descanso salieron las madrileñas con fuerzas renovadas y la firme intención de ampliar distancias. Intentaron imprimirle más velocidad al balón y movilidad al ataque , llevándolo de ala a ala para encontrar alguna rendija en la férrea y sólida defensa de las Cocodrilas, que resistió esa oleada del Cisneros sin desestabilizarse y haciéndose fuerte en la línea de veintidós. Los placajes y los impactos eran duros. La intensidad crecía por momentos a la par que la tensión por lo mucho que había en juego, nada menos que un pase para la final, y encima el calor comenzaba a hacer mella, así como los percances físicos, que se sucedían. Las Cocos notaron paulatinamente las bajas de Klay, Margarita García y Sobrinos, sustituidas.

Las defensas estajanovistas continuaban imponiendo su ley en una batalla sin cuartel, con los dos quinces vaciándose sobre el césped del Estadio Central. No había tregua . La percusión del Cisneros tuvo premio con un ensayo de Ana Vila (m. 68) sin conversión, lo que obligó a las Cocos, que estaban siendo inferiores con los cambios en las melés, a un último esfuerzo. Tenían doce minutos por delante para una marca transformada que llevara el choque a la prórroga. Y a ello se pusieron las irreductibles chicas, todo pundonor, con Brody especialmente incisiva. No habían encimado mucho la veintidós local en el segundo periodo, pero no tardarían en cantar bingo las verdinegras. Tahlia Brody (m. 75) posó y Ducher, a cinco minutos del final y con todo el Central en silencio, pateó y colocó el 10-10.

La prórroga era inevitable. A esa hora ya se sabía que, tras un partidazo y una enorme remontada (iba perdiendo 0-19), el Majadahonda se había impuesto en el último segundo al Eibar (25-24), sellando el primero de los pases para la final. El segundo estaba aún en el aire. Y lo peleaban las Cocos, pero también el Cisneros, duro de pelar. Una infracción de las sevillanas en el tiempo extra propició un tiro de Escusa, pero el oval se estrelló el palo de la H y de dos melés a cinco metros de la línea de marca lograron el ensayo las locales (15-10). Lo hizo Olivia Fresneda, aunque sin el premio extra de la conversión . No era el día de las pateadoras madrileñas y ello le concedía mucho aire a las Cocodrilas, casi todo el partido a remolque de su rival pero aún con vida. Les sobran a las sevillanas carácter, raza y competitividad.

Sin perder la fe, en la última jugada del primer tiempo de la prórroga se pusieron por delante, tras ensayo de Cristina Cabas bajo la misma H y pateo certero de la jiennense Ducher (15-17) , que repitió desde más de treinta metros en un golpeo frontal al comienzo de la segunda mitad (15-20). Había que seguir sufriendo. Y aguantar. Resistir y aguantar . Porque el partido estaba en un pañuelo y el Cisneros, en lugar de desinflarse, se creció ante la adversidad, emulando a las Cocos. Una batalla titánica. Esperaba un final de infarto, con las anfitrionas atacando sin cesar, que fue cruel para las sevillanas. Estaban exhaustas y no resistieron la última acometida del Cisneros, un ensayo de Casandra López con transformación de Marina Bravo en el último suspiro (22-20) que las dejaba fuera de la lucha por el título. La final (12/13 junio) tendrá color madrileño: Majadahonda contra Cisneros, primera y segunda clasificadas de la segunda fase.

Ficha técnica:

Complutense Cisneros: López, Pozo, Malagón, Escusa, Alba María Alonso, Fresneda, Vila, Calvo, Amo, Bravo, Jiménez, Vinuesa, Olabarria, Bargues y Bueso-Inchausti. Como suplentes empezaron El-Ammouri, Raquel Alonso, Gil, Castejón, Urbizu, Dávila, Blanco y Del Pino.

Corteva Cocos: Clay, Margarita Rodríguez, Sobrinos, Casas, Castellucci, Arana, Blanco, Brody, Castro, Blanca Ruiz, Hirano, Cristina González, Hallet-Mahuika, Cabas y Ducher. Como suplentes partieron Chacartegui, Belén Martín, Lola Gracia, Román, Sylla, Carmona, Peces y Gayoso.

Árbitro: Eki Fanlo.

Marcador: m. 16, golpe de castigo de Lea Ducher (0-3); m. 24, ensayo de Marina Bravo (5-3); m. 68, ensayo de Ana Vila (10-3); m. 75, ensayo de Tahlia Brody con transformación de Lea Ducher (10-10). Prórroga: m. 7, ensayo de Olivia Fresneda (15-10); m. 10, ensayo de Cristina Cabas con transformación de Lea Ducher (15-17); m. 13, golpe de castigo de Lea Ducher (15-20); m. 20, ensayo de Casandra López con transformación de Marina Bravo (22-20).

Incidencias: Partido de semifinal de la Liga Iberdrola disputado en el Estadio Central, en Madrid. Unos 300 espectadores.