Atletismo
¿Récords de atleta o de zapatillas? La importancia del calzado tecnológico en las nuevas plusmarcas de maratón
Tras los sorprendentes registros de Assefa y Kiptum, los deportistas se defienden: ayudan, pero no es lo más decisivo
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Iniciar sesiónLos orígenes de Kelvin Kiptum están, como los de tantos otros atletas kenianos, en los poblados del altiplano junto al Gran Valle del Rift. Allí, siendo un crío, se le veía acompañar al grupo de corredores del preparador ruandés Gervais Hakizimana: «Hacíamos sesiones de ... cuesta en el bosque cerca de su casa. Él era pequeño pero nos seguía, descalzo, después de cuidar de las cabras y las ovejas». Poco más tarde, Kiptum empezó a correr con regularidad con ellos. Una década después es el nuevo dueño del récord del mundo de maratón tras imponerse en Chicago con un registro estratosférico: 2:00:35, 34 segundos más rápido que su compatriota Eliud Kipchoge, el mito.
La plusmarca de Kiptum, que corrió a un ritmo de 2:51 el kilómetro, sucedió apenas dos semanas después de que la etíope Tigist Assefa destrozara el récord femenino en Berlín (2:11:53), rebajando en más de dos minutos el tiempo anterior de la keniana Brigid Kosgei. Esta revolución en la prueba reina de los 42,195 kilómetros ha devuelto a la actualidad el concepto de 'zapamuelles', las zapatillas de atletismo que incorporan entre sus materiales una placa de fibra de carbono que favorece la propulsión y que han iniciado una frenética batalla comercial entre los principales fabricantes por quedarse las victorias, los récords y la mayor cuota del mercado de la gigantesca comunidad 'runner'. Kiptum (Nike) y Assefa (Adidas) son los máximos exponentes de este igualado duelo al que se van sumando más actores.
Hasta ahora se han disputado cinco maratones de los llamados 'majors' (solo falta el de Nueva York) y el balance es de seis victorias para Nike, tres para Adidas y una para On Running. El fabricante estadounidense ganó en Tokio (Deso Gelmisa), Londres (Kelvin Kiptum y Sifan Hassan), Berlín (Eliud Kipchoge) y Chicago (de nuevo, Kiptum y Hassan). El alemán se impuso en Boston (Evans Chebet), Tokio (Rosemary Wanjiru) y Berlín (Tigist Assefa). On Running se llevó su única victoria en Boston con Hellen Obiri.
Nike
Alphafly 3 “Prototype”
Adidas
Adizero Adios Pro Evo 1
Peso: 253 gramos
Amortiguación:
Dos almohadillas Zoom Air ultrarreactivas en el antepié.
Espuma ZoomX adicional en el talón.
Tejido Flyknit. Mínima absorción de agua y mayor transpirabilidad.
Placa de fibra de carbono personalizable.
Peso: 138 gramos
Amortiguación:
Suela con compuesto de caucho líquido. Espuma Lightstrike Pro.
Tejido transparente y cierre de cordones.
Varillas de fibra de carbono Energyrods.
Fuente: Nike y Adidas / ABC
Nike
Alphafly 3 “Prototype”
Peso: 253 gramos
Amortiguación:
Dos almohadillas Zoom Air ultrarreactivas en el antepié.
Espuma ZoomX adicional en el talón.
Tejido Flyknit. Mínima absorción de agua y mayor transpirabilidad.
Placa de fibra de carbono personalizable.
Adidas
Adizero Adios Pro Evo 1
Peso: 138 gramos
Amortiguación:
Suela con compuesto de caucho líquido. Espuma Lightstrike Pro.
Tejido transparente y cierre de cordones.
Varillas de fibra de carbono Energyrods.
Fuente: Nike y Adidas / ABC
A muchos de ellos se les vio besar sus zapatillas después de cruzar la meta porque los atletas, en general, agradecen este pulso por la innovación, aunque con matices. «Yo creo que a los profesionales nos beneficia que se hable tanto de las zapatillas», afirma Tariku Novales, primer español en el pasado maratón del Mundial de Budapest. «Cuanto más se hable, más mercado habrá y nuestro valor como atletas aumentará. Evidentemente, a nivel de reconocimiento es todo lo contrario, porque se habla menos de todo el trabajo que hay detrás».
Novales responde a la llamada de ABC desde Etiopía, donde se encuentra realizando una concentración deportiva. Siguió la carrera de Chicago por televisión mientras la comentaba con su entrenador, Luis Miguel Martín Berlanas, vía Whatsapp. «Lo que hace Kiptum es una barbaridad, una locura... Una animalada. De repente, empieza a meter unos parciales del demonio que a mí me parecen imposibles. Y los mete en los últimos kilómetros, que es donde más debería ir sufriendo...».
Por eso, al corredor gallego no le convence que se hable tanto de los beneficios del material al analizar estos récords. «Las zapatillas son un factor importante, pero no explican ni la mitad de lo conseguido por Kiptum o Assefa. Sigue habiendo muchos atletas, incluso los rivales más directos, que han llegado a más de tres minutos con esas mismas zapatillas». La opinión del gallego, en todo caso, no refleja el sentir unánime de los atletas. «Cuando probé las Nike con placa de carbono flipé en colores», escribía el domingo el también maratoniano Pedro Nimo en sus redes sociales. «El día después estaba como si no hubiese hecho esfuerzo alguno. Estas zapas son tres o cuatro minutos menos en maratón».
Un estudio de la Universidad Estatal Stephen F. Austin, en Texas, concluyó el año pasado que las placas de fibra de carbono, acompañadas de suelas de espuma más gruesas, mejoraban la economía de carrera -esto es, el consumo de oxígeno o gasto calórico-, en un rango de entre el 2,7 y 4,2 %.
«Es difícil hablar de porcentajes de éxito, pero todo suma», relata Marc Roig, seleccionador de atletas de élite internacional en el maratón de Valencia, en el que Kiptum hizo su debut sobre la distancia en 2022 con récord de la prueba (2:01:53). «A mí me sorprende que las zapatillas pasen a ser casi el monotema, como si fuesen casi trampa, cuando la evolución se explica por muchos aspectos, como la nutrición, la profesionalización de las liebres, la mejora en los viajes o los tratamientos...».
«A nivel de marketing, a las marcas les interesa mucho que solo miremos las zapatillas, pero hay muchas más cosas», coincide Jordi Toda, entrenador de la plusmarquista española Marta Galimany. «Las zapatillas han mejorado y permiten correr más rápido, de eso no hay duda. A mí me parecen un gran avance, sobre todo para entrenar. Permiten acumular mucho trabajo sin tener tanta fatiga muscular. Y en carrera consigue que uno llegue al final más entero, pero...». Pero, como diría Kipchoge, las zapatillas no corren solas.
«Yo he leído que Kiptum llega a hacer algunas semanas 300 kilómetros. Eso es algo que ningún aficionado es capaz de comprender en su totalidad», dice Novales, convencido de que, en la actualidad, solo el nuevo 'recordman' será capaz de rebajar su registro. «Si este chico, que es joven, que no está muy quemado, puede someter a su cuerpo a esa tralla y además tiene unas zapatillas que le ayudan a recuperar mejor, pues ya está. Dos más dos, cuatro. Pero claro, ponle 300 kilómetros semanales a cualquier otro atleta. A ver cuántas semanas aguanta sin que el cuerpo le explote».
El reto de Valencia
«Este chico es todo lo contrario a Kipchoge», remata el maratoniano de Noya. «Es el tío más inestable a nivel técnico que he visto. Se mueve demasiado, habla con los demás atletas, mira hacia atrás, se santigua... Y tiene muchos cambios de ritmo. Pero, cuando todos empiezan a fallar, él aún es capaz de meter una o dos marchas más. Como si hubiese ido entrenando hasta entonces».
«No pueden ser solo las zapatillas», confirma Toda, quien cree que el efecto del material no es tan espectacular como se proclama. Y pone como ejemplo los récords previos a la aparición de las famosas placas de carbono: el 2:02:57 de Dennis Kimetto en 2014 y los 2h15:25 de Paula Radcliffe en 2003. «Son mejoras de 2:30 y 3:30 en nueve y veinte años, pero no me parece que aquellas marcas estén tan lejos de estas. Siempre he pensado que en categoría femenina había muchísimo margen de mejora».
«Kiptum había venido a Valencia varias veces a correr el medio maratón siendo muy joven», cuenta Roig sobre el nuevo recordman, que elevó a una nueva dimensión al maratón levantino con su actuación el año pasado. «Nunca se subió al podio, pero siempre rendía muy bien. El año pasado hablé con su mánager, le propuse el debut en el maratón y le gustó la idea. Sabíamos de su calidad, pero nunca hubiera esperado que nos sorprendiera tanto».
Roig confirma que las marcas de Kiptum y Assefa en Chicago y Berlín suponen un reto aún mayor para la carrera que se celebrará el próximo 3 de diciembre, y en la que, entre otros, hará su debut sobre la distancia el ugandés Joshua Cheptegei, actual plusmarquista mundial de 5.000 y 10.000 metros. «El objetivo es mejorar los récords del circuito del año pasado: 2:01:53 y 2:14:58. Ahora, la presión externa puede hacer pensar que no es un reto tan ambicioso, pero sigue siéndolo. No queremos perder el tren de los maratones más rápidos del mundo».
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