Suscribete a
ABC Premium

Esbozos y rasguños

Un penúltimo vals

Modric salió al campo desde el banquillo y dio un pase de gol espectacular a Vinícius. Aparte de ofrecer tranquilidad y criterio a un Madrid que se movía por el campo como pollo sin cabeza

Luka Modric abraza a Vinicius tras su gol en Balaídos Reuters
Javier Aznar

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El Madrid no sabe todavía qué ponerse. Se prueba todo tipo de chaquetas, combinaciones y estilismos sin demasiado éxito. Y no se siente cómodo con nada. En Balaídos se atrevió con un look arriesgado por lo novedoso: jugar con tres centrales. Como quien espera que ... un corte de pelo le solucione por completo sus problemas de personalidad. El resultado fue, cuando menos, desconcertante. Especialmente para los propios jugadores madridistas, desorientados y desesperados por momentos. Pese a jugar con cinco defensas, hubo más agujeros que nunca y varios jugadores del Celta se plantaron completamente solos en repetidas ocasiones delante de un vendido Courtois, una vez más determinante. El juego del Madrid, mientras tanto, sigue siendo tan gris como su camiseta en Vigo. Espeso y plano como un plato de gachas recalentadas. Las probaturas parecen un síntoma preocupante para estar ya casi en noviembre y con el Borussia Dortmund y un remozado Barça llamando a las puertas del Bernabéu.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia